El tema de la salvación a veces se vuelve confuso para muchos, por cuanto el bombardeo de filosofías, ideologías y todo lo que nos viene por las redes sociales ayudan a ello. Las religiones incluso, contribuyen cuando tergiversan las Sagradas Escrituras. Hay quienes lo subestiman y no creen en ello. Pero el ladrón en la cruz cuando estaba muriendo al lado de nuestro Salvador Jesucristo pudo dejar que el Espíritu Santo le impresionara y reconoció a Jesús como su Redentor y Salvador personal. Ante los improperios que el otro ladrón le decía a Jesús, este, que la tradición lo llamó el ladrón bueno le habló…
“Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: «De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso” Luc.23:39-43. Su arrepentimiento sincero, segundos antes de morir lo vio Jesús en su corazón y le aseguró la Salvación cuando Él venga por segunda vez a esta tierra. “De cierto te digo hoy, estarás…” Es el futuro que estamos esperando.
Mis apreciados, hay otra historia que sucedió en el hundimiento del Titanic que no se cuenta. Es la de un pastor bautista, quien en medio de aquella tragedia. Cuando era inminente la tragedia de la majestuosa nave. Cuando la gente andaba gritando, llorando y agobiados por la desesperación, a sabiendas que la muerte estaba frente a sus aterrados ojos, el pastor los detenía por segundos y les preguntaba ¿Aceptas a Cristo como tu Salvador personal? Dicen que las reacciones fueron diversas. Bastantes, con lágrimas en sus ojos decían sí, sí, sí. Otros no contestaban. Y los más rebeldes maldecían. Pero hubo un hombre que le dijo al pastor, que sí. Que aceptaba a Cristo como su Salvador personal si le entregaba su chaleco salvavidas y el pastor con gusto se lo entregó.
La verdad, no dudo que esta historia sea real, por cuanto hay muchos cristianos que sí han entendido lo que realmente Dios quiere enseñarnos, y todo se resume a la Salvación del pecador. Con tan solo una pregunta y una respuesta sincera en la antesala de la muerte, puede ser el momento de Dios para salvar. Estoy absolutamente convencido, que este pastor bautista le abrió el camino de la VIDA ETERNA a muchos.
La verdad es que Jesús colgando en el madero con dos ladrones, uno, tenía el espíritu de odio, resentimiento y desafiaba la majestad divina reclamando y exigiendo al Señor un portento que les liberará de la muerte. El otro, estaba triste. Sabía que iba a morir, pero defendió la inocencia del Señor Jesús e increpó de manera firme a aquel que blasfemaba contra Dios. De alguna manera nuestro Señor les hizo la misma pregunta… “¿Aceptas a Cristo como tu Salvador personal?. El primero maldijo. Pero el otro dijo sí, sí, sí. Y la respuesta de Dios fue inmediata, “De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”, pudo evaluar la sinceridad de su corazón. Este asesino estaba verdaderamente arrepentido. Era sincero. Lloraba honestamente la vida criminal que había llevado. No temía a las consecuencias sino al pecado que lo había apartado de Dios. Y en un segundo, Dios escudriñó en lo más hondo de su corazón y lo apartó para salvarle. ¿Cómo les parece? ¡Hasta la semana que viene Dios mediante por la web!
William Amaro Gutiérrez
