El progreso de Venezuela en convivencia libre, pacífica y justa que sea capaz de generar prosperidad con oportunidades para todos, necesita la vigencia efectiva del Estado Democrático de Derecho. Para eso, resultan indispensables tanto un gobierno que lo respete y desarrolle sus políticas en ese marco, como una oposición capaz de ofrecer una alternativa convincente.
Nuestro texto constitucional no es perfecto, ninguno lo es, pero puede resultar apropiado para un razonable proceso democrático, si cumplimos con sus preceptos sin trucos. Los otros dos requisitos, en el ejercicio del poder y la oferta alternativa, siguen siendo asignaturas pendientes.
Mi opinión sobre la vocación y procederes del grupo en el poder es conocida. Me enfocaré hoy, de nuevo, en la oposición.
Recientemente la denominada Plataforma Unitaria ha designado como su Secretario Ejecutivo a un dirigente político de experiencia y capacidad que respeto y aprecio. La responsabilidad asumida por Omar Barboza es muy exigente y cabe esperar que los partidos que han coincidido en su nombramiento, el cual estimo atinado, lo respaldarán genuinamente, porque el cuadro general para el país es muy comprometido y el alejamiento de los venezolanos de la política, fruto del desencanto y la frustración, afecta tanto al gobernante, como a los diversos núcleos opositores. Con la ventaja para aquel de tener un único y claro objetivo: conservar el poder.
Cada partido debería evaluar sinceramente su situación presente para renovarse. La difícil tarea común consta de tres líneas, todas importantes que deben asumirse simultáneamente, porque para 2024 y 2025 falta mucho menos de lo que parece y el tiempo es el único recurso natural verdaderamente no renovable.
- La unidad necesaria debe ser abierta a todos los sectores políticos y sociales interesados en el cambio. No es hora de cerrarse. Grados distintos de relación, dada la naturaleza diversa de los actores y entre los específicamente políticos, varios niveles de entendimiento, desde el máximo con los afines hasta el mínimo con los más distantes, pero con todos hay que establecerlos. No se puede ni se debe volver al pasado, pero sí recordar lo aprendido, refrescarlo y demostrar capacidad de ofrecer modalidades nuevas.
Reglas claras y transparentes de toma de decisiones. Y en cuanto a las candidaturas, tanto entendimiento como sea posible y tantas elecciones primarias como sean necesarias. En eso hay experiencia y no debe desaprovecharse. Para la presidencia, sobre todo, una elección primaria tan abierta como sea posible, verdaderamente inclusiva, porque nadie está en condiciones de subestimar a los demás.
- Estrategia definida no intermitente. Conscientes del pantanoso escenario nacional con las emboscadas autoritarias de un poder acostumbrado a la discrecionalidad, no puede reincidirse en el error de dejar que el adversario dicte nuestra estrategia. Así como la unidad nos dio credibilidad nacional e internacional que se necesita recobrar, la estrategia pacífica, democrática, constitucional y electoral es la que produce mejores resultados, con todos los inconvenientes que presenta y presentará. Lo demás es aventura.
- El mensaje debe sintonizar con la realidad y ser esperanzador. Objetividad y emocionalidad que para ser creíbles deben ser auténticas.
Es mi aporte modesto de militante de base de la unidad de los demócratas venezolanos para que este país pueda vivir y progresar en paz y libertad, sin discriminaciones, sin divisiones, sin exclusiones.
Ramón Guillermo Aveledo