Durante la temporada de lluvia su pelaje es de color rojizo mientras que en tiempo de sequía cambia a un tono más anaranjado, presenta el dorso color ocre, variado de amarillo negro y el vientre entre a blanco a naranja.
Sus dientes no dejan de crecer, por eso, necesita constantemente estar royendo diferentes materiales. Generalmente busca lugares de anidación y refugio en las horquetas de los troncos, y construye los nidos cerca de los árboles con frutos los cuales les sirven de alimentos.
Esta especie de ardillas suelen ser solitarias, aunque pueden verse una hembra con sus crías. Es diurna y muy activa, se han observado a tempranas horas de la mañana cuando se despliega mayor actividad.
Es muy ágil y se desplaza rápido en los árboles moviendo verticalmente la cola para impulsarse. Si el individuo pierde el agarre a las ramas y cae al suelo no sufre ningún daño.
Machos y hembras prefieren frutos grandes y especialmente semillas de palmas y legumbres. Entierra frutos de diversos árboles para consumirlos cuando escasean los alimentos. Muchas veces no los localiza o quedan olvidados, posibilitando que de ellos nazca un nuevo árbol.
En sus hábitos alimentarios adopta una posición sentada y manipula el alimento con los miembros anteriores produciendo un sonido continuo y agudo.
Siempre está “estresada” en “modo de guardia”, ya que son un excelente bocado para una gran lista de depredadores dada su carne y las pocas defensas naturales con las que cuenta.
Aunque es muy buena escaladora, por lo general se puede apreciar en el suelo para buscar alimento como frutos secos, bellotas, bayas y flores.
Al nacer son ciegas y completamente dependientes de sus madres durante dos o tres meses. Ya adulta, tiene una vista perfecta, y puede ver un amplio rango sin girar la cabeza, ello les permite detectar cualquier amenaza.
