El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador confirmó el lunes que no acudirá a la Cumbre de las Américas, que se celebrará esta semana en Los Ángeles, porque no se invitó a todos los países del continente. No obstante, dijo que visitará la Casa Blanca en julio.
“Informarle al pueblo de México que no voy a asistir, va en mi representación, en la del gobierno, (el canciller) Marcelo Ebrard”, dijo en su conferencia matutina después de días de mantener el suspenso sobre el tema. “Y no voy a la Cumbre porque no se invita a todos los países de América”, dijo en referencia a la ausencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los que Estados Unidos no incluyó en la cita por sus carencias democráticas.
“No puede haber Cumbre de las Américas si no participan todos los países del continente americano”, agregó López Obrador. “O puede haber pero… es seguir con la vieja política de intervencionismo, de falta de respeto a sus pueblos… No acepto hegemonías”.
El mexicano ha insistido en los últimos días que su postura no iba a influir en las relaciones con Estados Unidos y el lunes anunció una próxima visita a Washington en julio, cuya fecha exacta se concretaría cuando la agenda del presidente Joe Biden lo permita. “Quiero tratar con él el tema de la integración de toda América”, indicó.
La Casa Blanca confirmó la invitación. Su vocera, Karine Jean-Pierre, indicó que el mandatario mexicano les había informado de su decisión antes de anunciarla públicamente y que todas las conversaciones con él habían sido francas. No obstante, subrayó que no lamentan nada. “No creemos que los dictadores deben ser invitados”.
La ausencia del líder de México, una de las principales potencias económicas de la región y país de origen, tránsito y destino de migrantes, podría deslucir el encuentro que tendrá precisamente en la gestión de la migración uno de sus temas claves.
Para Biden tiene especial importancia la cita porque Estados Unidos es anfitrión de la misma por primera vez desde la primera que se celebró en Miami en 1994 y representa una oportunidad para recuperar su relación con América Latina, muy deteriorada durante la administración previa.
Algunos demócratas progresistas han criticado al gobierno de Biden por ceder a la presión de los exiliados cubanos del estado de Florida y excluir a la Cuba socialista, que sí asistió a las dos últimas cumbres aunque no hubo pronunciamientos similares sobre Venezuela o Nicaragua.
Desde Caracas, el venezolano Nicolás Maduro agradeció a través de su cuenta de Twitter la “determinante y firme posición la del presidente de México” en apoyo a los países excluidos del encuentro. El cubano Miguel Díaz-Canel se limitó a tuitear que la voz de América Latina y el Caribe ”resonará en esos días en Los Ángeles, con la admirable y vertical ausencia de líderes fundamentales”.
Para Benjamin Gedan, responsable de América del Sur en el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración de Barack Obama, la postura de López Obrador es “decepcionante” porque México es un “líder regional y su voz debe ser escuchada”.
Gedan consideró que aunque el mexicano había había dicho que su decisión estaba relacionada el tema de las invitaciones, la razón fundamental de su ausencia es que “este tipo de reuniones realmente no son realmente de su interés”. “No ha dado prioridad a la política exterior durante su presidencia”, agregó el exfuncionario.
Para el diplomático y exembajador mexicano en Washington, Arturo Sarukhán, la ausencia de México también es un error.
“Lo que López Obrador hizo fue emboscar diplomáticamente a su homólogo estadounidense cuando amenazó con boicotear si no invitaba a tres regímenes que no son democráticos en la región”, dijo en conversación con AP a fines de la semana pasada. ”Es un autogol a los intereses de México”.
El académico e historiador Rafael Elías Rojas indicó, por su parte, que ese alineamiento con los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua podría ser aprovechado por el expresidente Donald Trump y los republicanos para arremeter más todavía contra la administración de Biden.
“Me sumo a quienes están cada vez más preocupados por la decisión del presidente López Obrador de estar con dictadores y déspotas en lugar de representar los intereses del pueblo mexicano”, dijo el demócrata Robert Meléndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos quien no descartó que su ausencia pueda repercutir en las relaciones entre los dos países.