Aunque recientemente una encuesta de Meganálisis dio cuenta que el 70% de los consultados no cree en el voto y otra hecha por Datincorp confirma la misma opinión, indicando, además, que el 62% no tiene confianza en el liderazgo venezolano, el politólogo Piero Trepiccione estima que es necesario analizar el comportamiento de los electores venezolanos.
Al ser entrevistado por Elimpulso.com, el especialista en materia electoral manifestó que “alrededor del 72 o 73 por ciento del país sí quiere votar”.
Está convencido de que la dirigencia política no ha cambiado su forma de actuar y, por lo tanto, no tiene un acercamiento con la gente, la cual ha perdido confianza en las organizaciones políticas.
Una cosa es no creer en el Consejo Nacional Electoral por la forma que este organismo ha manejado los procesos y otra distinta es creer en el voto, explicó. En el voto como institución de la democracia y en el voto como herramienta para superar los problemas del país.
Hay que analizar bien esta situación, planteó. Porque la idea de que el voto es la herramienta para resolver las dificultades en democracia, está muy arraigada en la población.
Otra cosa, muy distinta, es la creencia en buena parte de los venezolanos en la forma como se han manejado los procesos electorales y específicamente, los de votación.
Hay un detalle importante, que introduce en su última encuesta Datincorp, señaló: Un alto porcentaje de la población venezolana no tiene conexión emocional con sus líderes actuales.
Pero, observa Trepiccione, eso no significa que al surgir alguna alternativa que pueda enamorar a los electores, que genere credibilidad y confianza, que logre conectarse afectivamente, se modifique esa cifra de los que hoy no confían en los líderes.
Creo, confesó, que estas encuestas nos están mostrando que hay un escenario abierto para que se haga política de una manera distinta.
En este aspecto hay que resaltar que no se puede seguir haciendo política como se hacía hace veinte o treinta años , comentó a modo de sugerencia a la dirigencia política. Hoy en día hay otros parámetros en la forma de relacionarse con la sociedad. Hay otros mecanismos y temáticas que se debe utilizar para enganchar a la gente.
El tradicional discurso viejo, en una plaza pública, al que los dirigentes habían acostumbrado a las personas que hoy tienen más de cuarenta años, ya no atraen.
Debe quedar claro que no es un problema generacional, sostiene Trepiccione. No es porque el dirigente tenga 70, 60,50,40 ó 30 años. Es que tiene ese liderazgo existente la necesidad de adaptarse al nuevo modo de comunicarse con la población.
Como ejemplo coloca a Rodolfo Hernández, de 77 años, quien en Colombia comenzó siendo un candidato desconocido por la mayoría de la población y hoy está peleando por llegar a la presidencia frente a Gustavo Prieto, quien le ganó en la primera vuelta de las elecciones.
Las encuestas están indicando, dice, que Venezuela es una ventana de oportunidades para quien o quienes logren articular estas nuevas formas de acercamiento con la población.
