Trabajo de: www.talcualdigital.com
Para este mes, los trabajadores debieron recibir entre 600 y 1.200 bolívares entre las cláusulas y otros estipendios establecidos por contrato colectivo. Pero ni recibieron bono e incluso se les recortaron los ingresos, tras un instructivo de la Onapre que afectó a toda la administración pública
Más de mil trabajadores de la salud, de al menos 10 hospitales y tres estados, se reunieron este 2 de junio en la esquina Corazón de Jesús, en el centro de Caracas, para dirigirse hasta Vicepresidencia y exigir el respeto al acta convenio, cláusulas económicas y beneficios contractuales eliminados de forma arbitraria por la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), ente que depende del Ministerio de Economía y Finanzas.
171 bolívares es lo que gana en promedio un trabajador de la salud en el país pese a guardias nocturnas, violencia por parte de familiares, persecución de grupos políticos dentro de hospitales o amenazas de despido y jubilación anticipada.
El reciente aumento del salario mínimo, ordenado por Nicolás Maduro en marzo, vino en detrimento de este sector debido a la supresión de varias cláusulas de su contrato colectivo. Una medida que, de no ser revertida, puede derivar en paro nacional.
Pablo Zambrano, dirigente de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), destacó al inicio de la marcha que «aquí nos pagan y cada vez nos pagan menos. En el momento que se viola el contrato colectivo se viola la ley, y quiénes deben respetar la ley tiene que ser el Ministerio y el Gobierno».
Para este mes, los trabajadores debieron recibir entre 600 y 1.200 bolívares entre las cláusulas y otros estipendios establecidos por contrato colectivo. Pero ni recibieron bono e incluso se les recortaron los ingresos, tras un instructivo de la Onapre que afectó a toda la administración pública.
Los trabajadores de la salud, al igual que otros sectores, también exigieron que el salario mínimo sea equivalente a la canasta básica, tal y como estipula el artículo 91 de la Constitución. El licenciado en enfermería José Cádiz, con sus zapatos rotos en mano, lo resumió así: Mientras que un enfermero debería ganar entre 1.200 y 1.400 dólares apenas gana salario mínimo.
«Estamos todos los trabajadores del hospital porque así como estoy yo, estamos todos. No tengo ni zapatos ni comida para llevarle a mi mamá ni a mis hijos. A los empleados públicos nos están dando palo. Solo queremos vivir bien. Tampoco somos ladrones como nos quieren pintar. Los familiares son los que están llevando todo al hospital», destacó.
La enfermera Santa Manrique, del ambulatorio Universitario de Caracas, explicó que se les ofreció «un dinero que nos deben y no lo han cancelado porque dicen que no hay dinero. Ya basta. El personal de enfermería está molesto, nos han rebajado todos nuestros ingresos».
Mientras que Nereida Espinoza, que labora en el hospital Dr. José Gregorio Hernández, mejor conocido como los Magallanes de Catia, dijo que además de rebajarle un 200% de sus pagos, se los fraccionan. «El dinero no alcanza. Incluso hay distorsión en los sueldos de personal antiguo y nuevo. Ya no toman en cuenta la meritocracia y antigüedad».
En la misma línea está Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas. «Ya basta de seguir en extrema pobreza. Hay que exigir el respeto al contrato colectivo, el respeto a nuestros derechos, porque sí no hay respeto a nuestros derechos entonces suspendemos nuestras actividades».
Los trabajadores lograron entregar un documento en Vicepresidencia, a pesar de cambiar el rumbo hasta el Ministerio de Economía y Finanzas. Esperan una respuesta máximo en cinco días. De no recibirla, al día siguiente convocarán una protesta nacional y, posiblemente, se vayan a paro.
En el caso del personal de enfermería se realizará una asamblea de federaciones el 8 de junio, según explicó Julio García, presidente del Colegio de Enfermeros de Carabobo. «El sector salud tiene que exigirle a Nicolás Maduro que responda por los derechos de los trabajadores. Nos han mentido, nos han amedrentado, pero aquí hay coraje porque los derechos se respetan. Vamos a la calle las veces que sea necesario porque no nos pueden quitar ninguna cláusula».