Un duende burlón transita en este momento los recovecos de la opinión pública venezolana, los análisis políticos y las entrevistas de opinión: «Venezuela se arregló«.
Se trata de una especie de coletilla que es continuamente rebatida por los especialistas, que se clava como una saeta en la sensibilidad de muchas personas, que enfurece especialmente a la diáspora, y que emerge como un agrio contrapunto a contradecir la narrativa de la tragedia histórica que vive el país desde hace, al menos, 8 años. ¿Venezuela se arregló?: Es un espejismo que atormenta.
Esta es una pregunta que divide, pues la polarización no ha dejado de existir y la propaganda sigue nublando el entendimiento, lo que limita la capacidad de argumentación.
Elías Bessis, diputado ante la AN, expresidente de Fedecámaras Lara, con una intensa actividad en el sector privado, quien en los últimos tiempos ha asumido la actividad política como otra de sus inquietudes habiendo participado en la elección del parlamento en diciembre del 2015, institución a la cual permanece como miembro de la comisión de contraloría, tiene su respuesta: «Venezuela no se ha arreglado. Existen varias Venezuelas económicamente dentro de una: El venezolano de a pie, quien es el que sufre las consecuencias de las malas políticas económicas aplicadas desde hace más de 20 años, el venezolano emprendedor quien es el que ha sabido aprovechar las dificultades financieras para crear empresas y surgir en esta Venezuela, y el conectado, quien ha amasado fortunas de manera dudosa y hoy están abriendo grandes compañías que dan esa apariencia de que Venezuela está normal».
¿Qué responsabilidad tiene el sector privado para que verdaderamente la economía venezolana cambie?
–La economía se ha sustentado gracias al tenor y fortaleza de los empresarios venezolanos, quienes han construido en las últimas décadas empresas, creyendo en Venezuela con todas las dificultades que han generado las políticas económicas del gobierno, y que sin ellas hemos crecido generando bienestar y progreso a nuestra familia y los trabajadores, entendiendo que la empresa privada le da seguridad y bienestar social.
¿Es posible una reestructuración de las instituciones para continuar impulsando los cambios que reclama la mayoría en función de mejorar las condiciones de vida?
–Hay que tener una nueva conducción política en el país para que con los mejores profesionales y técnicos se apliquen políticas adecuadas e impulsen el fortalecimiento económico de la nación.
¿A qué se debe el rebote económico que ha experimentado el Producto Interno Bruto?
–Llegamos a un fondo tan bajo que cualquier mejoría es demasiado. Tuvimos más de 30 trimestres en hiperinflación y eso colocó al producto interno bruto en el fondo de un abismo por lo que cualquier pequeña mejoría se ve positiva. Pero eso no indica que Venezuela se arregló. Falta todavía mucho crecimiento para volver a la Venezuela productiva que es la que va a generar el verdadero producto interno bruto, advierte el expresidente de Fedecámaras.
Fedecámaras Lara y sus cámaras asociadas participaron el jueves 21 de abril en una charla para aclarar las dudas que existen referentes a la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF). ¿Los empresarios de la región están dispuestos a cumplir a cabalidad cada uno de los impuestos que existen?
-Sí, porque el empresario formal cumple con todas las normativas necesarias y con la legislación de impuestos sobre la renta e IVA. El asunto está en la informalidad que es la que no genera beneficios al Estado y esa es una economía que no se puede contabilizar.
¿Cuánto podría tardar la recuperación económica de Venezuela si creciera a un ritmo promedio de 5 por ciento anual en los próximos años?
-Con ese 5 por ciento anual estamos pensando que hubo un cambio de conducción de timón en el gobierno nacional para poder hacer verdaderas inversiones tanto en el sector privado como público y fortalecer ese crecimiento. “Con todo eso nos costará de 8 a 10 años tener la Venezuela productiva que tuvimos hace más de 15”.
Algunos economistas afirman que en Venezuela hay activos muy importantes y eso contribuiría a una pronta recuperación, pero realmente existen?
-Recordemos que el Estado se adueñó de todas las empresas e industrias estratégicas para luego destrozarlas. Sí hay posibilidad de una pronta recuperación porque tenemos la infraestructura, aprovechable con inversión, y el país pueda en pocos años volver a la producción.
¿Cuáles serían los efectos si se dolariza el país?
-Los efectos ya lo estamos viviendo. La dolarización no es legítima porque nuestra Constitución establece que la única monedad de recurso legal es el bolívar, y basados en sentencia del Tribunal Supremo proclaman el uso de otro tipo de monedas.
Sobre las sanciones que pesan sobre Venezuela, que algunos la consideran responsable de la difícil situación económica que vive el país, y otros las necesarias como palanca de presión para que Maduro acepte reanudar las conversaciones en México de la cual debería salir una fecha para las elecciones en Venezuela, ¿con cuál opinión usted se queda?
–Con las que presionan al gobierno para sentarlo a llegar acuerdos políticos en Venezuela y conseguir elecciones libres verdaderamente democráticas.
¿Con su intensa actividad en el sector privado y ahora también en rol político, cómo administra su tiempo?
–Gracias a la tecnología hoy día podemos estar en 2 partes al mismo tiempo pero con bastante dificultad, porque las 2 necesitan inversión de espacios, y se nos olvida el tercero, la familia que es la que más período exige para compartir el crecimiento. Es bastante difícil estar en los 3 roles. Pero como venezolano y temple de acero cumplimos con ellos, concluyó la entrevista el representante del sector empresarial y activista político Elías Bessis.
La evolución político institucional de Venezuela durante el período 1975-2005, estuvo caracterizada por el desarrollo de la Constitución de 1961, luego por una profunda crisis política que llevó a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente en el año 1999, la cual aprobó una nueva Constitución ese mismo año; y de allí en adelante con la continuación de una crisis política y el desarrollo de un modelo constitucional de democracia «popular», opuesta a la democracia representativa, con características personalistas, caudillescas, y por tanto autoritarias.
Durante los últimos 7 años, Venezuela ha vivido la destrucción de la mitad de su economía mientras el régimen busca aferrarse al poder a cualquier costo social y bloquear el cambio político que demanda pacíficamente más del 82 por ciento, que le podría hacer perder casi una tercera parte adicional de su ya débil actividad restante.