La alcaldía de Iribarren, en vez de preocuparse por darle el verdadero atractivo y utilidad que tiene el grandioso Parque Ayacucho, único en su estilo en nuestro país, lo que ha hecho es privarle a la ciudadanía de ese extraordinario lugar de esparcimiento, que fue orgullo de la capital larense.
Denuncia en tal sentido hace el ingeniero Rubén Morales, presidente del Frente Anticorrupción Venezuela en Positivo, quien dice que no se puede precisar el monto de gastos que se ha hecho, pero que no son cuentas claras.
En dicho parque había, como atracción para ser vistos por los niños, perezas, ardillas y palomas, recordó. Todos estos animales desaparecieron.
La colocación de la primera piedra para la obra estuvo a cargo del general Rafael María Velazco, a la sazón presidente del estado, en 1924 para celebrar el centenario de la batalla de Ayacucho, donde el Ejército Unido Libertador, que comandaba Antonio José de Sucre, logró no sólo el triunfo, sino la independencia del Perú.
Pero, el proyecto fue desarrollado desde 1930 a 1934 por Eustoquio Gómez y se inauguró en diciembre de ese año para celebrar los 35 años de estar Juan Vicente Gómez en el poder.
El proyecto estuvo a cargo del ingeniero francés Roland Coultrox, que lo ideó en cuatro cuadras, entre lo que hoy se conoce como calles 41 y 43 con las carreras 14 y 16, pero en aquel entonces era el final de Barquisimeto, hacia el oeste.
El cemento fue traído desde Alemania y en Italia hicieron todas las piezas del monumento, alegorías, faroles y rejas. Fueron traídas plantas de Canadá y Australia, así como de todas las regiones de Venezuela. Y los obreros utilizados eran los presos, que todo el tiempo estuvieron encadenados con grilletes para que no se fugaran, y les pagaban 0,50 por día trabajado.
Nada de eso que estoy diciendo lo sabe el alcalde, ni los funcionarios que tiene a su cargo, ya que si lo supieran se habrían preocupado por tener en buenas condiciones el parque, comentó Morales. Se trata de un parque único, que sólo existe en Barquisimeto y fue el primero que tuvo paso para vehículos. Y sus calzadas, rodeadas de jardines, dan hacia la redoma donde está el monumento conmemorativo de Ayacucho con la estatua ecuestre en que la figura heroica de Sucre es la dignificación del espíritu libertario de Venezuela.
Es de recordar que ese parque le servía a los barquisimetanos para realizar caminatas, sentarse en sus bancos que por ser tan bellos fueron sustraídos por funcionarios inescrupulosos, y además era escenario para conciertos públicos, así como el sitio donde el famoso Arlequín entretenía a los chiquillos y a sus padres con sus actuaciones.
Yo he estado viendo, desde las rejas, el estado que presenta esta magnífica obra y, por supuesto, me invade la tristeza y la preocupación porque no se puede dejar que ese lugar se haya dejado en el abandono, porque sus dolientes, los ciudadanos, nada pueden hacer, sino lamentar que tengamos tan mediocres autoridades.
Si en el estado hubiera contraloría y un Consejo Legislativo que se ciñera a la Constitución, indudablemente, se supiera en qué se ha gastado el dineral destinado al parque, pero que no se sabe a dónde ha ido a parar.
Como nada se informa al respecto y el lugar se mantiene cerrado con enormes cadenas, no puede ser ni siquiera visitado por propios y los que venían de otras partes del país y, por supuesto, extranjeros, quienes quedaban impresionados al recorrerlo.
Tanto a los barquisimetanos como a los barquisimetanos que viven aquí nos duele profundamente cómo uno de los sitios más bellos de la ciudad se encuentra en pésimo estado, motivo por el cual denunciamos su situación, declaró Morales. Y lo más lamentable es que estos que están en el poder se autodenominan patriotas, pero es de la boca para afuera, porque no les importa nada lo que ellos llaman patria.