-En las elecciones en Colombia-
“Ya yo le he dicho a los compañeritos de las FARC que las condiciones están dadas para la toma del poder; sobre todo las subjetivas. Que se olviden de montañas, de muertos, de secuestros, de barbas, de banderas coloradas, que dejen la imitación, que a ese tiempo se lo tragó la historia. No ven a Venezuela, a Nicaragua, Ecuador, Bolivia, a Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, cada quien con su tumbao, o es que están ciegos. ¡Tráiganme un vaso de agua sin veneno, que esta maldad que siento en el cuerpo no puede ser otra cosa que muerte lenta!
“Yo se los dije: Fidel, el Che, Sandino, Gaitán, el cura Camilo Torres, Tiro Fijo, todos esos son muertos, menos yo que ya casi, y hay que terminarlos de enterrar. La revolución de hoy es por las buenas y con salivita. Poder electoral, encuestas, diálogo, marketing, todo ese cachivachero burgués ahora está a nuestro favor y hay que explotarlo, para que quede claro’.
“Yo se los afirmé, ¿se dice así?, por la mitad del medio del centro en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, en 1999, con Chávez ya de presidente electo y constitucional, que la revolución de ahora no necesita ni de sangre ni de héroes; es, debe ser, una revolución tan civilizada como la de Estados Unidos y así no nos metemos con el imperialismo. ¿Para qué buscarse enemistades? ¿Para hacernos fuertes, eternos? Mírame yo. Ayer no es hoy.
Dije, pues, en Caracas: ‘Les voy a decir algo más, ustedes no pueden hacer lo que hicimos en 1959. Ustedes tendrán que tener mucha más paciencia que nosotros y me estoy refiriendo a aquella parte de la población que esté deseosa de cambios sociales y económicos radicales inmediatos en el país. Si la revolución cubana hubiese triunfado en un momento como este, no habría podido sostenerse’. ¿Te lo explico mejor, Ramón?
“O es que no saben estos tarados que la Guerra Fría terminó y hay que aprovechar antes de que vuelva a empezar, porque lo de Putin va por esos caminos.
“Ahorita, hoy, ya, la pobreza está de nuestro lado, la falta de educación, el imperio del ‘bobismo’, que es como ponerse en cuatro patas a favor del que venga con unos periquitos embusteros a criticar la democracia que ya se bajó los pantalones, se corrompió hasta los tuétanos; anda balsera. ¡Qué clase dominante ni qué ocho cuartos! Esa entelequia no existe; burguesía, lucha de clases, élites, empiriocriticismo; palabrejas de diccionarios democráticos y marxistas que ya no sirven ni para limpiarse el rabo de apolillados que andan, los libros digo. Todo ese chiste del subdesarrollo, de las élites en América Latina, no me jodan, salieron corriendo a comprarse baratijas por el mundo.
“Aprovechemos que la niña está sola, sin dictaduras a lo clásico, sin militares golpistas por ahora, con crisis inmensa de partidos políticos, con lumpen como arroz. No hay necesidad de invadirla, ni expropiarla, no es negocio. No tiene quien la cuide, ni quien la llore. Eso que tú llamas las élite en el cartapacio ese que me trajiste y que no voy a leer como imaginas, se chuparon todo lo que pudieron. Y se fueron pal’ carajo a vivir bien, a jugar golfito, sin mosquitos, sin militares, sin pueblo, sin estiércol que los vaya persiguiendo a donde vayan. No se exiliaron, se esfumaron más bien. Este mundo frondoso, diluviano, corrompido de tanta podredumbre y Caribe, además, les quedó grande, de otra talla, en sus endulzados saberes europeos. A tus élites les dio el alzhéimer tropical, ya no se acuerdan de esto o nunca lo tuvieron en mente como destino, como tumba. Le huyeron a la mortandad de peces en la orilla, a las aguas negras, al dengue, a los carajitos con los mocos afuera, a la chikungunya africana, ¡qué vaina!, al mierdero que somos. ¡Viva la democracia, camarada!
“Así, sin enemigos y con eso que ustedes siguen llamando las condiciones objetivas, como que si no hubiera pasado nada en cien años, ¡qué montaña ni qué montaña!, elecciones carajo, modernos por fin, actuales, democráticos mi sangre. La era está pariendo un corazón pero de votos, carajito”
“Diles a los compañeritos de las FARC que yo lo que les mando a decir es que le digan que ‘sí’ a todo. Mañana serán gobierno y mandarán al Estado al mismísimo sacramento del carajo; ya haremos entonces las cosas a nuestra manera. ¿No y que somos caribes? Seámoslo pues, que quiero verlo en vida. Y ese mandado es rápido, que para ayer es tarde.
Leandro Area Pereira