Los venezolanos hemos perdido más de veinte años en un pleito subalterno, inútil, infecundo, lamenta el doctor Eduardo Fernández, quien anda en una cruzada por toda Venezuela proponiendo la unidad, más allá de los partidos políticos, para poner fin a la crisis y lograr restituir la democracia.
En entrevista concedida a Elimpulso.com, el excandidato presidencial, exparlamentario y docente universitario, se inspira en el capítulo tercero del evangelio de San Marcos para su propuesta fundamental.
El evangelista sostiene que si un reino está dividido contra sí mismo, no puede permanecer, lo mismo que si una casa se encuentra dividida.
A su vez, el doctor Fernández, al asociar su pensamiento demócrata cristiano con la situación nacional, asevera que un país fracturado en su interior, no puede prosperar.
Considera que la migración venezolana es un problema muy grave, pero cree que la misma ha sido impulsada siguiendo el ejemplo de la dictadura cubana, que obligó a la clase media a huir. Y habla de aspectos que deben vigorizar la democracia.
No podemos resignarnos
La gran mayoría de la población se siente frustrada, porque cada día son mayores las dificultades para sobrevivir en el país. Y si hay un rechazo hacia el gobierno, tampoco confía ya en las organizaciones políticas, según las encuestas, para lograr un cambio. Aún más, algunas personas piensan que si el régimen venezolano sigue la forma de actuar de la dictadura cubana, que lleva 63 años, a pesar de las sanciones de los Estados Unidos, ¿qué se puede esperar?
Venezuela tiene futuro. No podemos resignarnos. Y está en las manos de los ciudadanos producir el cambio.
Pero, cada día siguen saliendo del país, sin importar las dificultades que puedan haber en el camino, muchos venezolanos. Las familias se han fragmentado. ¿No es preocupante que esto suceda?
Los gobiernos que hemos tenido a lo largo del siglo 21 han causado un daño antropológico a Venezuela. Precisamente porque han producido división de la familia venezolana. La tarea que tenemos por delante es la de recomponer la unión de los venezolanos. Lograr la unidad nacional para sentirnos de nuevo personas de la misma casa. Como decía Andrés Eloy Blanco: hormigas de la misma cueva. Si nos unimos alrededor de un programa, vamos a construir un país mejor. El mensaje que llevo es un mensaje de cambio, de optimismo y esperanza a todos los ciudadanos de Lara y del resto de Venezuela. Sin distinción ninguna. Sin exclusión. Mi propuesta no es excluyente, sino incluyente. Todos estamos convocados a trabajar por una Barquisimeto mejor, por un estado Lara mejor, por una Venezuela mejor.
Valores democráticos
A través de las redes sociales es como se está haciendo la política. ¿Se ha perdido la reflexión?
Tenemos que aprender a utilizar las redes al servicio de la democracia, la libertad y la dignidad de la persona humana. Es un proceso de aprendizaje. Cuando el género humano aprendió la escritura tardó un tiempo en saber utilizarla. Todos los inventos contribuyen, al final, al progreso de la humanidad. Las redes pueden ser un instrumento formidable para inculcar valores valores democráticos, el respeto a la opinión ajena, la tolerancia. En Venezuela hemos perdido más de veinte años en un pleito subalterno, inútil, infecundo. Como dicen las sagradas escrituras: un reino dividido no permanecerá, como tampoco una casa. Y por esa razón, un país fracturado no puede progresar.
Hace falta estadistas
Desde que el magnate Silvio Berlusconi se lanzó a la política, son muchos los empresarios, como Donald Trump, que han buscado el poder político y cualquiera, sin preparación alguna, también lo hace. ¿Qué ha venido pasando?
Porque se han reducido a hacer política y han olvidado que lo que el mundo reclama son estadistas. El político es aquel que piensa en la próxima elección. El estadista piensa en trabajar por las nuevas generaciones. En Venezuela tenemos, tal vez, demasiados políticos. Inglaterra tuvo un gran estadista, Winston Churchill. Ahora a ese país lo está gobernando un político, Boris Johnson, quien infringe normas que él mismo ha establecido. Estados Unidos bajó de un Franklin Roosevelt a Trump y Joe Biden, que no se sabe qué harán de un día para otro. Y en Venezuela, en el siglo 21, tuvimos al principio a un Hugo Chávez que tenía la preparación de un teniente coronel de las fuerzas armadas, pero que no tenía preparación alguna para ser presidente de la República. Y luego a Nicolás Maduro, que tampoco estaba preparado para serlo. Es por ello que un buen empresario necesariamente va a ser un buen gobernante como tampoco un pelotero del Cardenales de Lara podría ser llamado a resolver una crisis económica, aunque sea el mejor bateador de jonrones. Como en cualquier actividad se impone el célebre refrán griego: Zapatero a tus zapatos.
Respeto a principios
Pero, además de la preparación, lo más peligroso es la tendencia de los mandatarios a ser dictadores, tanto de derecho como de izquierda. Además del régimen cubano, los aliados de Maduro son, principalmente, Vladimir Putin, quien lleva casi 23 años en el poder; y Daniel Ortega, que sobrepasa los 24 años ¿Por qué quienes utilizan las elecciones para llegar al poder mediante elecciones quiere perpetuarse?
Es un problema que viene desde hace tiempo y fue observado, en el siglo cuarto, por el filósofo griego Aristóteles, quien decía que la democracia corría el riesgo de degenerar en demagogia. Que había dos tipos de gobernantes: puros e impuros. Los puros, como monarquía, derivan en tiranía o la de los mejores, aristocracia, en oligarquía, la de muchos. Y ya hemos visto cómo los que han utilizado la democracia para ascender al poder se han vuelto dictadores. Todo eso puede ser resuelto con el incremento cultural democrático. Por eso he insistido en la importancia que tiene la educación para la democracia. Hay que hacer un gran esfuerzo para que los ciudadanos adquieran valores democráticos en concepto, criterios y conducta. El respeto a la ley, al derecho ajeno, son valores sin los cuales no puede haber una vida civilizada.
Formación de líderes
¿Qué ha pasado con la democracia cristiana?
La democracia cristiana o socialdemocracia es un pensamiento que tiene gran virtualidad. A partir del pensamiento humanista cristiano social se pueden construir respuestas completas a los problemas de los ciudadanos del mundo contemporáneo. Por supuesto, para Venezuela. Es un gran mensaje que necesita grandes mensajeros, que seguramente aparecerán en el futuro próximo.
¿Qué está haciendo IFIDEC?
En medio de una crisis económica muy grande, de una crisis muy grave como el de la pandemia, de una crisis de combustibles y de la crisis social que padece el país, a pesar de todo eso, estamos manteniendo, a través de las redes sociales, por cierto, un programa de formación que dirige acertadamente Mercedes Malavé González, doctora en comunicación social, nieta del desaparecido físicamente doctor Godofredo González, quien fue presidente del Congreso de Venezuela; y un esfuerzo de promoción de políticas públicas, que dirige Rafael Hernández. IFIDEC se ocupa de la formación de líderes y la promoción de programas de políticas públicas. Nuestra propuesta está dirigida a mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Tenemos noticias de todo lo que pasa en el país y, naturalmente, nos sentimos preocupados. Porque, por ejemplo, en Barquisimeto se va continuamente el servicio eléctrico, no llega el agua a muchos sectores y ese centro gigantesco de productos agrícolas y pecuarios que tenía la ciudad, ha menguado. Barquisimeto tiene futuro promisorio y como toda Venezuela lo obtendrá cuando se concrete la unidad que estamos proponiendo.
La migración no es accidental
A consecuencia de esa crisis, hay más de seis millones de venezolanos fuera del país, entre ellos 40 mil médicos según la Federación Médica Venezolana y aproximadamente 200 mil educadores, de acuerdo con Frank Andrade, directivo del Colegio de Profesores. Pero, la gente se sigue yendo. ¿Cómo ve esa huida hacia otros países?
Venezuela siempre fue un país atractivo para los inmigrantes. Era la tierra de promisión para los europeos después de la segunda guerra mundial y el refugio para los desplazados por la violencia y las tiranías en Colombia y otros países de América Latina. Es una tragedia que millones de venezolanos tengan que pasar dificultades para llegar e instalarse en otros países. Esta crisis la vamos a superar. Y cuando se logre, vendrán quienes se han ido a reinsertarse en la vida nacional, al trabajo. Nos hacen mucha falta y se necesitan. Tanto médicos como educadores y otros profesionales han sido acogidos en el exterior porque tienen capacidad para el desempeño de sus funciones. El futuro de los países ya no es como antes, cuando los más poderosos eran por sus riquezas de oro, hierro, petróleo, gas y materias primas. El de ahora es el de los países con mejores programas educativos y tecnológicos. Y ese es el reto que tenemos.
Sospecho que el problema de la migración no es accidental, sino una estrategia deliberada y puesta en práctica con fines muy concretos.
Tengo la impresión que debe haber recomendaciones precisas, hechas a la luz de la experiencia cubana.
El régimen cubano logró salir de la clase media de la isla, una vez que Fulgencio Batista le dejó el poder a los insurgentes de la Sierra Maestra. Y el destino más cercano fue Miami.
No es de extrañar que los cubanos hayan influido para que se produjera esta diáspora venezolana, muy preparada por cierto en lo que respecta a sus profesionales, y hoy sigan venezolanos desafiando peligros para llegar a otras latitudes.
Nuestra propuesta incluye a estos venezolanos para que retornen y hagamos de Venezuela una nación mejor.
Diálogo
¿Cree posible que el diálogo en México, si se llega a tener resultados, pueda lograr que haya elecciones y se produzca el cambio político en Venezuela?
Yo hago votos porque las conversaciones que se hagan en todas partes sean útiles. En todo caso mi propuesta es promover una unidad tan grande que derrote a la mediocridad que hemos tenido por más de veinte años. Esa mediocridad nos ha hundido en el mayor subdesarrollo. En el retroceso.
El poder debe ser utilizado para servir. Para el bien común, para lograr el bienestar de la gente. Para engrandecer el país. Y ́por ello se deben estar por encima de intereses personales y partidistas. Los ciudadanos están llamados a actuar.
