La imposibilidad de lograr un ingreso que nos permita llevar una vida digna nos ha llevado a sufrir constantemente en un estado donde predominan emociones negativas. En muchas ocasiones, la elección es entre comer o comprar medicinas porque es imposible adquirir ambos productos con tan bajos salarios. Estrés, frustración, angustia, rabia e indignación, son solo algunos de los terribles sentimientos que enfrentamos a diario los venezolanos como consecuencia de la emergencia humanitaria compleja que atravesamos.
Todos tenemos síntomas de estrés y ansiedad en el día a día, lo que ha afectado notablemente nuestra salud mental y física. Es catastrófico que tengamos que abandonar nuestras expectativas y planes de un futuro mejor para atender las necesidades y problemas del presente. Nadie merece vivir con esa incertidumbre, es una terrible injusticia.
Así se encuentra toda Venezuela, por lo que nuestra querida capital no escapa de esta tragedia. Los caraqueños atravesamos toda clase de penurias, viviendo con mucha incertidumbre, sin saber si mañana comerán nuestros hijos o si tendremos acceso a los servicios básicos como el agua, electricidad o gas. La crisis nos ha obligado a privarnos de algunos placeres sencillos que en otros países son comunes, como ir al cine o comer dulces. Los momentos de distracción quedaron en el pasado.
Necesitamos una Caracas recuperada, que tenga espacios que permitan que mermen las preocupaciones diarias y el estrés. Necesitamos una Caracas en la que podamos compartir con nuestros seres queridos en un ambiente de paz y tranquilidad. La vida no puede resumirse en solo lidiar con las dificultades de la crisis y tener más de dos trabajos.
El Estado tiene la obligación y el deber de generar las condiciones para que todos podamos vivir bien, sin miedo y con oportunidades para el progreso social. No es solo inaugurar un parque hoy, es garantizar su mantenimiento y la seguridad de las personas que allí asisten. Cumplir con nuestras motivaciones y alegrías aumentará la calidad de vida de todos.
Venezuela necesita un cambio político porque solo así el Estado empezará a preocuparse por los ciudadanos y trabajará en pro de su bienestar. Debemos recuperar las fuentes de empleo, el poder adquisitivo de los salarios, las oportunidades, la calidad de los servicios básicos y la capacidad para distraernos en espacios seguros con nuestros seres queridos. Podemos alcanzar ese cambio en Caracas y en todo el país si a esta lucha nos sumamos todos.
Stalin González