Hay países donde sobra el dinero y carece la honestidad, la lucha en común debe ser porque ninguno sea así y menos el nuestro, claro que no sea el nuestro porque ya es suficiente según dicen por ahí los desacreditados que estamos y esto es lamentable de ser así porque para una buena convivencia debe privar la honestidad como ejemplo indiscutible que sirva para toda la sociedad y así exigir con autoridad moral, alguien le tocara rendir cuentas y ser ejemplo con mucha pulcritud de sus acciones y comportamiento, se debe practicar lo que se pregona, siempre que sea creativo y no perder el tiempo diagnosticando lo que nunca podrá hacer o cazando incautos para llegar a la nada.
Debemos todos sumar si excepción, ocuparnos a que nuestra nación sea de primera línea, donde todos quepamos cómodamente, sin necesidad de atropellos, de una forma unida monolítica, impenetrable, primero nuestro país, que los intereses personales y así veremos resultados positivos y por medio del trabajo la prosperidad y no por medio de actitudes turbias, que al final nos llevan al abismo, es por medio de la buena voluntad, talento y decencia; Esa debe ser la principal tarea y no la ley del menor esfuerzo o yo soy chévere, necesitamos con carácter de urgencia volver a ser lo que éramos con una versión mejorada, que sea ejemplo al mundo de la decencia del trabajo, perseverancia, creatividad, que se nos respete y se nos tome en cuenta como una nación que si sabe aprovechar sus riquezas, ese potencial que está a la luz pública, innegable de que este país aparte de ser tan hermoso es el más rico del planeta y debería estar en pleno desarrollo y no lo contrario, como está hoy nada simpático.
Pero como se dice coloquialmente no hay mal que por bien no venga o cuando las malas atacan es porque las buenas vienen cerca, o no hay plazo que no se venza, ni deuda que no se pague y Dios tarda pero no olvida, por ello tenemos derecho a aspirar con animo a una pronta recuperación y una patria que se abastezca por medio de una agricultura poderosa, una ganadería potente, donde sea haga feliz a tantos amantes del campo, que saben poner las tierras a producir a tiempo completo y consumir mucho menos de lo que produce y generando riqueza por medio del trabajo honesto y transparente. Deseamos un país unido y con buena convivencia, la paz no es solo la ausencia del conflicto debe ser eterno por un mundo mejor.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran