“Según estudios epidemiológicos realizados, prepandemia, el número de casos de hipertensos en la población general más o menos abarca cerca del 35 %”, explicó el doctor Jesús López, médico internista e hipertensiólogo, a propósito de recordarse este 16 de mayo el Día Mundial de Lucha Contra la Hipertensión
Sin embargo, estudios hechos a través de una encuesta que sigue el Protocolo de la Toma de Presión del mes de mayo, desarrollada por la Sociedad Internacional de Hipertensión y seguida en Venezuela, en el estado Táchira se tiene una prevalencia (número de casos) de hipertensión arterial, en mayores de 18 años, cerca del 42 %.
Esta toma del mes de mayo -argumentó- se llevó a cabo en el año 2021, es decir, durante el tiempo de pandemia, “donde en conjunto con un grupo farmacéutico nacional se hizo esa encuesta y se determinó que estamos en el 42 % de pacientes hipertensos”.
Cuando se está frente a lo que había en estudios previos, un par de años anteriores, se observa que hay un incremento cercano al 8 % en mayores de 18 años y eso significa que en el Táchira, extrapolando lo que se consigue en San Cristóbal, aproximadamente, uno de cada tres individuos mayores de 18 años tiene cifras de presión arterial por encima de 120-80 mmHg, aseveró.
“Y uno de cada cuatro es hipertenso, de manera que tenemos una población con un alto riesgo de enfermedad cardiovascular en virtud de que la hipertensión es el principal factor de riesgo de mortalidad cardiovascular para un evento de infarto, accidentes cerebrovasculares y fallas renales”, añadió el doctor López.
Dividiendo el tiempo, prepandemia y pandemia, expresó que en prepandemia había un mejor control de presión arterial, pues la estructura en salud estaba mejor conformada para la atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas la hipertensión arterial.
“La pandemia hizo que estas consultas fuesen detenidas en virtud del riesgo de transmisibilidad de la enfermedad y como consecuencia hay un incremento del número de hipertensos, pero lo más grave es que hay un aumento del número de personas hipertensas no controladas”, advirtió el doctor López.
“Nosotros teníamos un grado de control de presión arterial en el Táchira, prepandemia, cercano al 50 % y el estudio de la toma del mes de mayo mostró que esto disminuyó a un 30 % y esto significa que ha habido una reducción del grado de control del paciente hipertenso, es decir, este tipo de paciente no acude a consulta”, refirió.
Aunado a esta situación, a pesar de que las clases terapéuticas empleadas para el control de presión arterial están disponibles en el grueso de farmacias, los costos son bastante elevados, lo que hace que exista una también una reducción en la toma de fármacos antihipertensivos en virtud del bajo ingreso del paciente, más cuando este paciente requiere para su control de seguro, por lo menos, más de dos clases terapéuticas antihipertensivas.
Panorama gris
De manera que, en función de las curvas de mortalidad y morbilidad, se va a tener un futuro un poco gris, puesto que la hipertensión ahora está menos controlada, adecuadamente, y como consecuencia, se incrementarán los casos de infartos.
“El problema en esto es la muerte cardiovascular prematura que se está observando y la morbilidad prematura con la discapacidad temprana que ese evento conlleva”, sentenció el hipetensiólogo.
Atentos los jóvenes
Hoy se observa cómo jóvenes a finales de su tercera o inicio de la cuarta década de edad -dijo- consultan porque tienen un evento coronario agudo, hacen un infarto, fallas cardíacas o accidentes cerebrovasculares, y hay un grueso grupo que junto a los diabéticos va a falla renal, con el consecuente incremento de la necesidad de diálisis.
Es tal sentido, expresó, este hecho obliga a replantearse la estrategia de control para el paciente hipertenso, mejorando los establecimientos de atención primaria, que permitan una adecuada asistencia al paciente hipertenso, donde se haga un diagnóstico, estratificación y un control adecuado.
Igualmente, el estado debe ofertar, como lo establece la OPS, en medicamentos esenciales, la existencia de fármacos que sean disponibles, efectivos y comprobados en el adecuado control de la presión arterial y reducción de su riesgo cardiovascular, agregó.
Al mismo tiempo, debe haber una participación de la sociedad en la motivación y seguimiento de la necesidad de detección arterial.
Recomendaciones
Por ello, los medios de comunicación deberían abocarse a campañas de salud que permitan un estilo de vida saludable, con la reducción de la ingesta de sal, eliminación del azúcar, la realización de actividad física de carácter aeróbico, con ejercicios de impacto medio.
Además, sugerir la búsqueda de un ambiente tranquilo, sosegado, que permita al individuo relajarse en su tiempo libre, propender y lograr altos de salud de sueño que también son necesarios para reducir este riesgo, sostuvo.
Todas estas recomendaciones tienen como objeto disminuir un poco ese panorama gris, pues se teme que venga una avalancha de eventos cardiovasculares en virtud de la falta de control.
Control del paciente
“Debe hacerse una estrategia de control del paciente hipertenso donde sea fundamental tomar las cifras de presión arterial, y la población en general debe estimularse a que conozca cuáles son sus cifras de tensión arterial”, apuntó López.
Conociendo esos registros, debe alcanzarse la meta, que es: todo paciente hipertenso debe tener por lo menos la presión arterial por debajo de 140mmHg de presión sistólica y 90 mmHg de presión diastólica, y en la población general debería alcanzarse una presión de 120-80 mmHg, independientemente de la edad, concluye el doctor Jesús López.
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