Con su ejército empantanado en el conflicto en el este de Ucrania, Rusia perdió terreno diplomático durante el fin de semana luego de que otras dos naciones europeas dieron pasos claros para acercarse a la OTAN.
Finlandia anunció el domingo su intención de ingresar a la alianza militar alegando que la invasión rusa de Ucrania hace casi tres meses había cambiado el panorama de seguridad en el continente. Las dos naciones comparten una frontera terrestre de 1.340 kilómetros (830 millas), además del Golfo de Finlandia.
Horas después, el partido gobernante en Suecia respaldó el ingreso del país, lo que podría derivar en una solicitud formal en los próximos días.
Estos movimientos supondrían un grave revés para el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien ha calificado la expansión de la organización a Europa del Este de amenaza y la citó como motivo para atacar Ucrania. La OTAN, por su parte, sostiene que es una alianza puramente defensiva.
Durante una reunión con diplomáticos de la Alianza en Berlín, su secretario general, Jens Stoltenberg, afirmó que, sobre el terreno, la ofensiva “no va como Moscú había planeado”.
“Ucrania puede ganar esta guerra», agregó señalando que la OTAN seguirá ofreciendo respaldo militar a Kiev .
Por otra parte, el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña afirmó el lunes que Bielorrusa, un estrecho aliado de Moscú, desplegó a sus fuerzas de operaciones especiales a lo largo de su frontera con Ucrania, además de efectivos aéreos, artillería y unidades de misiles en centros de entrenamiento en el oeste.
De acuerdo con el reporte británico sobre la guerra, las fuerzas bielorrusas no participaron directamente en la invasión de Ucrania, aunque el país se utilizó como zona de preparación para los ataques rusos sobre las ciudades de Kiev y Cherníhiv. Además, aviones y misiles rusos despegaron desde allí.
La presencia de fuerzas bielorrusas en la frontera puede obligar a las de Kiev a quedarse en la zona, impidiendo que se desplacen para respaldar las operaciones en la región oriental del Donbás, el corazón industrial del país, apuntó.
Rusos y ucranianos han estado combatiendo pueblo a pueblo por el control del Donbás, donde el ejército ucraniano lleva ocho años enfrentado a los separatistas prorrusos.
El domingo, un batallón ucraniano en la región de Járkiv, de donde lograron expulsar a las tropas de Moscú tras una contraofensiva, llegó a la frontera rusa y grabó un video victorioso dirigido al presidente, Volodymyr Zelenskyy. La grabación, publicada por el Ministerio de Defensa ucraniano en Facebook, muestra a una docena de combatientes alrededor de un puesto cubierto con los colores azul y amarillo de la bandera nacional.
Uno de ellos dice que la unidad se dirigió “a la línea divisoria con la Federación Rusa, el país ocupante. Señor presidente, la hemos alcanzado. Estamos aquí”. Otros hacen el signo de la victoria y levantan los puños al aire.
El Estado Mayor ucraniano dijo el lunes que las tropas de Moscú se centran en “mantener las posiciones y evitar el avance de nuestras tropas hacia la frontera”.
Es muy dificil obtener una imagen general clara de los combates en el este debido a las estrictas restricciones de viaje impuestas por ambos bandos y al peligro que suponen los frecuentes ataques aéreos y de artillería.
Según el ejército ucraniano, Rusia focalizó sus últimos ataques en el Donbás, atacando objetivos civiles y militares en varias localidades.
Además, continuaba su ofensiva aérea y de artillería en torno al complejo siderúrgico de Azovstal en Mariúpol, el último reducto de la resistencia ucraniana en la arrasada ciudad estratégica del sur del país, agregó.