De niño soñaba conocer mi padre
Pero los sueños: témpanos de hielo,
Sofocante el calor los ha disuelto.
El sueño está prendido en el anhelo,
El anhelo es el sueño que soñaba.
Los días arrebatados por el tiempo
Insondable en pasado no regresan.
El anhelo soñante como roca
Perenne se conserva como el tiempo.
El tiempo de los días era un ábaco
Que se corría insistente con mi angustia.
Esperando ese día en que pudiera
Decir ya tengo mi anhelado sueño,
De un padre cuyo nombre desconozco
Y eso me impide expresar mi afecto.
Pedir la bendición de mil amores;
Su dulce voz oír que me bendiga.
La niñez fue pasando como pasan
De los días las brumas de la tarde.
Confiado en el anhelo se consumía la vida.
Adulto como estoy nada se espera,
Aunque miento, la muerte es mi esperanza.
Admito amargamente fue un anhelo
Y el anhelo se entrampa con los sueños.
Carlos Mujica