Sonny León se convirtió el fin de semana en el segundo jinete venezolano que conquista el Kentucky Derby, primer peldaño de la Triple Corona Norteamericana, denominada la carrera de las Rosas, en el hipódromo de Churchill Downs.
A bordo del castaño Rich Strike obtuvo 1.86 millones de dólares en premio para sus propietarios, consiguiendo el 10% de las ganancias, superando a los prospectos Epicenter el favorito, Zadon y Simplification en plena recta final.
Tras 2 años de pandemia, esta edición 148 del cotejo ha sido la segunda mayor sorpresa de todos los tiempos desde 1913.
Ofrecía alarmantes dividendos de 80-1 previo a la carrera, el de menores posibilidades de ganar, tajo mayúsculo sólo tras el triunfo de Donerail en 1913, cuando sus opciones estaban a 91-1.
El caballo que no estaba inscrito el viernes, pero que el retiro de Ethereal Road le abrió la puerta de la competencia, llegó último a la primera curva de una carrera que tuvo un ritmo muy rápido al inicio, con 45.36 segundos en la primera media milla. Salió del cajón número 21.
Pero el venezolano Sonny León lo sacó de un carril del riel y buscó una tercera línea para aparecer de la nada, y en cierre espectacular adelantar a los líderes, escribiendo una historia de la que se hablará por siempre en la hípica, tal como lo hizo Cañonero hace 51 años con el también jockey venezolano Gustavo Avila.
Ahora, el nombre Sonny León estará en la historia del hipismo norteamericano junto al entrenador Eric Reed no sólo como debutantes de manera espectacular en el magno evento, sino como los segundos profesionales en Estados Unidos en silenciar el planeta hípico con un caballo de apenas 2 triunfos en 8 actuaciones, 3 terceros y 1.971.289 dólares en dinero producido.