Por Violeta Villar/ www.webdelasalud.com
No hay cura para la enfermedad de Alzheimer. Tampoco la industria farmacéutica ha logrado medicamentos que puedan impedir o mejorar el pronóstico, sin embargo, hay una evidencia positiva que demuestra la posibilidad de reducir el riesgo de esta enfermedad si se trabajan factores como la depresión o el estrés que sí están bajo nuestro control.
Esta respuesta alentadora llega de la mano de la ciencia panameña y forma parte de los avances de la Iniciativa de Investigación Enfocada en el Envejecimiento en Panamá (Panama Aging Research Initiative en inglés, conocido por su abreviatura de PARI) “que lidera un estudio de cohorte de adultos mayores en Panamá con un enfoque en la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo”.
Para conocer los avances de este estudio que trae esperanzas, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) organizó el Café Científico Avances en la investigación en salud de personas mayores.
Participaron la Dra. Gabrielle B. Britton, PhD en psicología y neurociencias, investigadora y coordinadora del Centro de Neurociencias del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat AIP); el Dr. Nelson Novarro, neurólogo y jefe del Departamento de Neurología de la Caja del Seguro Social; el Dr. Alcibiades E. Villarreal, doctor en biotecnología e investigador del Centro de Neurociencias del Indicasat AIP Unidad Clínica y la Dra. Diana Oviedo, doctora en neurociencias, investigadora asociada del Indicasat AIP – Centro de Neurociencias y docente y coordinadora de investigación para la Escuela de Psicología de la Universidad Santa María La Antigua (USMA).
La vejez es normal; el Alzheimer una enfermedad
Britton analizó que la población está envejeciendo y Panamá no escapa de esta realidad. La estadística indica que en 2050, 1 de cada 4 personas tendrá más de 60 años de edad.
La vejez es un proceso normal e indetenible. El problema ocurre cuando la vejez se convierte en una enfermedad asociada a un padecimiento como el Alzheimer.
El Alzheimer se expresa en síntomas como pérdida de la memoria, deterioro del juicio, confusión espacio-temporal, problemas con las relaciones visuales o espaciales, pérdida de habilidades motoras y del sentido del tacto, dificultad para comunicarse, no reconocer a familiares y amigos, presentar delirios y olvidar alimentarse.
La Dra. Britton observa que las personas se preocupan mucho por la pérdida de memoria, pero en realidad el Alzheimer es una condición multisistémica.
Reiteró que el reto ante esta enfermedad es que ni las tecnologías médicas ni los medicamentos han logrado dar respuestas. Mientras enfermedades como el VIH y distintos tipos de cáncer reflejan disminución en el número de muertos gracias al avance de la ciencia, con el Alzheimer se va en vía contraria: solo en 2019 los decesos aumentaron 71%.
Del lado de la ciencia panameña, PARI desarrolla estudios clínicos de envejecimiento cognitivo con enfoque “en la secuencia y las trayectorias de biomarcadores de demencia para la identificación de factores de riesgo de deterioro cognitivo”, así como en una base de marcadores genéticos, vasculares, inflamatorios y metabólicos y estudios asociados (VIH, toxoplasmosis, trastornos del ánimo, covid-19…)
La Iniciativa de Investigación sobre el Envejecimiento de Panamá inició en el año 2012 con una cohorte de 423 adultos mayores de 65 años reclutados en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social.
La especialista explicó que cuando el diagnóstico clínico confirma el daño neuronal no hay marcha atrás. Lo importante es comenzar a trabajar con tiempo: si las personas adoptan una cultura preventiva, es posible atender los factores y cambiar la historia del padecimiento.
Señaló que el bajo nivel de estudios, problemas de audición, hipertensión, tabaquismo, traumatismo cráneo-encefálico, obesidad o depresión, predisponen al Alzheimer.
Sin embargo, no basta solo con saber que estos factores existen y pueden desencadenar la enfermedad. La idea con PARI es lograr analizar cuál perfil de marcador en personas sanas puede predecir quién va a envejecer patológicamente y quién de manera sana.
Además, desarrollar esfuerzos de prevención e intervención enfocados en minimizar la discapacidad y sus factores impulsores.
El Dr. Alcibiades E. Villarreal, al desarrollar el tema de los Biomarcadores del envejecimiento y del deterioro cognitivo en panameños como parte de PARI, detalló que es factible la aplicación de biomarcadores al diagnóstico de enfermedad de Alzheimer.
El Estudio Longitudinal de la Iniciativa de Investigación sobre el Envejecimiento de Panamá de su autoría junto con Ambar R Pérez-Lao , Diana C Oviedo , Shantal Grajales , María B Carreira y Gabrielle Britton muestra, entre otros, los resultados de mediciones de marcadores genéticos (genotipo de apolipoproteína E) y biológicos basados en sangre.
En función de los resultados de esta investigación clínica, se busca “validar un perfil de biomarcadores en sangre para detectar el deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer, así como factores de riesgo para el deterioro cognitivo”.
Siguiente fase: Estudios de intervención conductual
La Dra. Diana Oviedo reflexionó, por su parte, que es necesario crear entornos adaptados a las personas mayores y adecuar los sistemas de salud en esta perspectiva.
Describió que como parte del PARI se enfocaron en la evaluación de la persona mayor (síntomas de depresión, actividades de la vida diaria, fragilidad…) y ahora el siguiente paso son los estudios experimentales de intervención conductual como una medida preventiva y en reemplazo o complemento de los fármacos disponibles, tanto para el deterioro leve como el deterioro superior.
De igual modo, esta fase comprende establecer plataformas de evaluación cognitiva que aborden desde la estimulación cognitiva (potenciar funciones preservadas), el entrenamiento cognitivo (ejercitar capacidades específicas), la rehabilitación cognitiva (restaurar capacidades alteradas) o compensación (adecuaciones, ayudas externas).
El propósito es generar data sobre métodos de bajo riesgo con la meta de lograr que existan cambios a largo plazo.
El estudio finlandés, Una intervención multidominio de 2 años de dieta, ejercicio, entrenamiento cognitivo y monitoreo del riesgo vascular versus control para prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores en riesgo (FINGER): un ensayo controlado aleatorio, es un antecedente que sirve de base para la nueva fase de esta intervención, única en su tipo en Panamá y en América Latina, que se enfoca en la prevención para un envejecimiento saludable.
Relación entre depresión y estenosis carotídea
Durante la presentación, el Dr. Nelson Novarro, neurólogo y jefe del Departamento de Neurología de la Caja del Seguro Social, como parte de este abordaje integral que propone PARI, expuso el tema Depresión y estenosis carotídea en el adulto mayor ¿Tienen relación?
Es la depresión la enfermedad psiquiátrica más frecuente en el adulto mayor.
Datos expuestos por el investigador destacan que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima una prevalencia global entre 10-20% “y en cohortes hospitalarias todavía más elevada: 29%”.
En Latam y Panamá la prevalencia es de 18%.
Documentó que la relación entre depresión y arterioesclerosis carotídea en adultos mayores ha recibido mucha atención, con resultados contradictorios.
Esta preocupación dio origen al estudio Asociación de Síntomas Depresivos, Estenosis Carotídea y la Concurrencia de Ambos con Marcadores Inflamatorios en una Cohorte de Ancianos Panameños (Association of Depressive Symptoms, Carotid Stenosis and the Co-Ocurrence of Both with Inflammatory Markers in an Elderly Panamanian Cohort), autoría del Dr. Novarro, la Dra. Gabrielle B. Britton y el Dr. Alcibiades E. Villarreal,
Con esta investigación el Dr. Nelson Novarro ganó el Premio Paul Dudley White International Scholar 2022, el cual se le otorga a investigadores nominados por sus pares en el campo. El galardón fue entregado durante la Conferencia Internacional de Ictus 2022, celebrada en Nueva Orleans.
El estudio investigó la relación entre los síntomas depresivos (SD) y la estenosis carotídea (CS) y siete marcadores inflamatorios en una cohorte panameña de edad avanzada y es el primero en su tipo, en el país y la región centroamericana, en demostrar esta asociación entre SD, CS y marcadores inflamatorios.
Para los investigadores estos avances y datos que aportan los estudios asociados a PARI constituyen una esperanza para la próxima generación de adultos mayores: si se trabaja con tiempo en prevención, el futuro se expresará en una vejez como un proceso natural y no con el dolor que trae toda enfermedad.
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