Familiares y rescatistas pasaron todo el sábado buscando desesperadamente a las víctimas de una explosión en uno de los hoteles más lujosos de La Habana, que mató al menos a 27 personas e hirió a unas 81, según reportes oficiales.
Luego de más de un día desde que la fatídica explosión sacudió al Hotel Saratoga, brigadas de bomberos, expertos, paramédicos y técnicos en maquinaria pesada seguían afanosamente sacando escombros y eventualmente rescatando personas de debajo del edificio.
Al parecer una fuga de gas provocada por un camión cisterna fue la causa del estallido en la estructura neoclásica enclavada en La Habana Vieja. El hotel no tenía invitados ni turistas en ese momento, ya que estaba en proceso de renovación previo a una reapertura programada para el martes después de haber estado cerrado durante dos años por la pandemia de coronavirus.
Después de visitar sin éxito la morgue y los hospitales, algunos familiares de empleados del hotel quienes todavía no tenían noticias regresaban al Saratoga, que quedó parcialmente derrumbado y donde los rescatistas usaban perros para encontrar a posibles sobrevivientes. Las autoridades luego agruparon a estas personas para darles partes periódicos, informó el gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata.
“Se ha trabajado ininterrumpidamente desde el siniestro y así continuaremos trabajando hasta que rescatemos a la última persona que pudiera estar debajo de los escombros”, dijo García.
Dado que la edificación hace esquina y por lo populoso del área, probablemente la zonas aledañas del hotel habrían estado llenas de gente cuando ocurrió la explosión que lanzó escombros de concreto y llenó de polvo las calles poco antes de las 11:00 de la mañana del viernes.
La cifra de muertos se elevó en la jornada a 27, entre ellos cuatro niños y una mujer embarazada, informó el Ministerio de Salud, al tiempo que confirmó que la cantidad de heridos alcanza los 81, de los cuales 46 permanecían hospitalizados. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, tuiteó que una turista española figuraba entre las víctimas fatales y que otro ciudadano español resultó herido.
Las autoridades cubanas confirmaron posteriormente el deceso de la española e indicaron que su acompañante sufrió lesiones, aunque aclararon que no se hospedaban en el hotel. La vocera del Ministerio de Turismo, Dalila González, dijo además, que una viajera cubano-estadounidense )también sufrió lesiones.
Mientras, en las últimas horas se trataba de precisar la cantidad de desaparecidos.
El representante del grupo turístico Gaviota —la empresa administradora del hotel y que pertenece al sector empresarial de las Fuerzas Armadas_, Roberto Enríquez, manifestó durante una conferencia de prensa el sábado que 51 trabajadores se encontraban dentro del hotel en el momento del incidente y otros dos realizaban labores de restauración. De ellos, 11 fallecieron, 13 seguían en paradero desconocido en ese momento y seis fueron hospitalizados. El resto logró abandonar la instalación sufriendo sólo lesiones leves.
Posteriormente en la tarde del sábado, rescatistas sacaron a alguien más —luego se confirmó que sin vida_, constató The Associated Press, por lo que los desaparecidos de adentro del edificio mencionados por Enríquez serían 12.
El gobernador García indicó que se habían recibido en total 19 familias que reportaron no localizar a seres queridos —sumados los de adentro del edificio, transeúntes o vecinos_, pero no ofreció una cifra exacta de cuántas personas eran.
Las autoridades atribuyeron la explosión a un camión cisterna de gas que estaba prestando servicio al hotel. El viernes por la noche bomberos y especialistas levantaron con una grúa gigante al vehículo.
El sábado, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel visitó la zona de las labores de rescate.
“Es lamentable que haya ocurrido este accidente, pero de los momentos malos uno saca las experiencias para evitar que se repitan y sobre todo la voluntad para superar toda esta situación”, dijo el mandatario a periodistas.
Aunque las inmediaciones del Hotel Saratoga permanecían acordonadas, se pudo observar desde la noche del viernes el trabajo de maquinaria pesada y camiones cargando cascajo y otros escombros, al tiempo que palas mecánicas levantaban pedazos de pared y mampostería que seguían el sábado para despejar el lugar.
Los rescatistas que usaban perros de búsqueda treparon sobre enormes trozos de concreto con la esperanza de encontrar a otros posibles sobrevivientes.
Antes que las autoridades las congregaran, Yatmara Cobas estaba impaciente fuera del perímetro del hotel esperando noticias de su hija, Shaidis Cobas, una camarera de 27 años.
“Mi hija está en el Saratoga, está desde las 8:00 de la mañana (del viernes) y a estas alturas no sé nada de ella, no está en la morgue, no está en el hospital”, dijo a la AP Cobas a gritos y desesperada.
La familia Cobas visitó todos los lugares a donde llevaron heridos sin conseguir información, aseguró la mujer.
“Estoy cansada de las mentiras”, agregó.
El teniente coronel Enrique Peña informó al comandante Ramiro Valdés, un líder histórico de la Revolución y quien también se presentó en el lugar, sobre los esfuerzos de búsqueda en el sitio el sábado.
Peña dijo que se había detectado la presencia de personas en el primer piso y en el sótano. Había cuatro equipos de perros de búsqueda y guías trabajando. Los rescatistas intentaban llegar a las víctimas, pero no sabían si estaban vivos o muertos.
“No quiero moverme de aquí”, dijo a la AP Cristina Avellar, que aguardaba desde el viernes en el lugar de la explosión alguna información de Odalys Barrera, una cajera de 57 años del Saratoga y madre de dos hijas, la mayor de las cuales acaba de dar a luz.
En la noche del sábado las autoridades incluyeron a Barrera entre los muertos pues a ella correspondía el cuerpo rescatado por la tarde.
También estuvieron los parientes de Juan Carlos Haza, quienes conjeturaban sobre la posibilidad de que puedan hallarse personas en los sótanos.
Una escuela primaria de 300 alumnos contigua al Saratoga debió ser evacuada y cinco menores sufrieron lesiones leves, informó el gobernador de La Habana, García. Agregó que además del Saratoga, hubo otras tres edificaciones de viviendas colindantes dañadas gravemente. En uno de ellos colapsaron completamente 15 departamentos y en el otro, 10 tuvieron daños de magnitud. Sus residentes fueron llevados a albergues.
Unas 37 familias debieron abandonar sus hogares, manifestó García, al tiempo que se trabaja en la recuperación de un teatro colindante y una iglesia con daños menores.
La explosión tiene lugar en momentos en que Cuba lucha por recuperar la actividad en su golpeada industria turística, pero García desestimó que fuera a tener algún impacto negativo.
“Es un proceso doloroso, esto es un accidente, se ha explicado anteriormente y no tiene que ver en lo absoluto con la seguridad que muestra nuestro país al turismo”, consideró el gobernador. “Un accidente pasa en cualquier lugar”.
Además del impacto de la pandemia en el sector turístico cubano, la isla ya estaba luchando con las sanciones impuestas por el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, que se han mantenido en el gobierno de Joe Biden. Las sanciones limitaron las visitas de turistas estadounidenses y restringieron las remesas que enviaban los cubanos en Estados Unidos a sus familias en Cuba, al tiempo que dificultaron cualquier operación comercial con la nación caribeña.
El hotel está ubicado frente al Capitolio, donde actualmente tiene su sede Asamblea del Poder Popular, el Parlamento cubano, y que sufrió roturas de vidrios y daños en la mampostería producto de la explosión. Se encuentra en una zona de construcciones antiguas y deterioradas, por lo que cientos de vecinos salieron a las calles ante el temor a nuevas explosiones.
Con su diseño neoclásico francés, el Saratoga era un hotel cinco estrellas con 96 habitaciones, dos bares, dos restaurantes, un spa y una piscina en la azotea con una vista panorámica de la ciudad. Figuras internacionales se habían alojado allí, como la cantante estadounidense Beyoncé y su esposo, Jay Z.