Esta llamativa ave de colores metálicos y el barreteado de la cola es una de las más hermosas que tenemos en nuestro país.
Tiene un notable dimorfismo sexual. El macho tiene pico amarillo, cara y garganta de matices negros, anillo ocular anaranjado, cabeza, pecho y dorso verdes con intensos reflejos dorados y cobrizos.
En la hembra el pico amarillo con maxila casi toda negra, cara y garganta oscuras, cabeza, pecho y dorso castaños. Presenta dos medias lunas blancas adelante y atrás del ojo bordeando el anillo ocular anaranjado.
Su cabeza, espalda, pecho y parte central de la cola, son verdes con intensos destellos cobrizos brillantes.
Posee una cola barreteada en blanco y negro que finaliza con una punta blanca.
Puede ser observado generalmente en pareja, suele pasar desapercibido pues prefiere permanecer en el interior del bosque, perchado por largo tiempo, casi estático sin actividad aparente, puede seguir bandadas mixtas, vocalizar repetidas veces, imitar y responder a otros cantos y alimentarse primordialmente de insectos y alguna fruta.
No construye nido, ocupa cavidades en los árboles, por lo general las creadas por las terminas.
Sus piernas débiles reflejan su dieta y hábitos arborícolas. Aunque su vuelo es rápido, no están dispuestos a volar cualquier distancia.
Por lo general se encuentran en posición vertical e inmóviles y en algunos casos solos se els ve moverse para realizar su canto un “caró-cau-cau-cau” corto y rápido, con hasta cinco “cau”.