El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo el jueves un llamado urgente al mundo para que se una y ponga fin a la guerra en Ucrania, que calificó de insensata, despiadada e “ilimitada en su potencial para un daño global”.
Por su parte, la máxima responsable de derechos humanos de la ONU afirmó que incluso un alto el fuego de un día evitaría decenas de muertos y heridos entre la población civil, y posibilitaría que otros miles huyeran de los ataques rusos.
En la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la protección de la población y de la infraestructura civil en Ucrania, Guterres informó sobre las reuniones que mantuvo recientemente con los presidentes ruso y ucraniano y que condujeron a las dos primeras evacuaciones de esta semana de la ciudad de Mariúpol, en el sureste del país, y de su último bastión ucraniano: la planta siderúrgica de Azovstal.
El responsable de la ayuda humanitaria de Naciones Unidas, Martin Griffiths, dijo que un tercer convoy partió hacia Mariúpol el jueves y espera llegar el viernes por la mañana, y que confía en evacuar a los civiles de la planta.
Además, Guterres señaló que no tuvo “pelos en la lengua” para decirle al presidente ruso, Vladimir Putin, que la invasión de Ucrania por parte de su país, que inició el 24 de febrero, es una violación a la integridad territorial del país y a la Carta de las Naciones Unidas, y que “debe terminar por el bien del pueblo ucraniano, de Rusia y del mundo entero”.
Guterres también dijo que durante sus reuniones con Putin y con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, se centró en la necesidad de actuar rápidamente para garantizar un flujo constante de alimentos y energía para los mercados abiertos.
Destacó que “una solución significativa a la inseguridad alimentaria mundial requiere reintegrar la producción agrícola de Ucrania y la producción de alimentos y fertilizantes de Rusia y Bielorrusia en los mercados mundiales, a pesar de la guerra”. Rusia y Ucrania producen de forma conjunta el 30% del suministro mundial de trigo, el 20% del maíz y el 75% del aceite de semilla de girasol.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, declaró que cada día que pasa aumentan las violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, indicó, se han registrado 6.731 civiles muertos y heridos, y que “las cifras reales son mucho más altas”.
A partir de finales de febrero y durante unas cinco semanas, afirmó, las fuerzas rusas en zonas cercanas a Kiev atacaron a hombres civiles que consideraban sospechosos, deteniéndolos, golpeándolos, ejecutándolos de manera sumaria y, en algunos casos, llevándolos a Bielorrusia y Rusia.
En otras zonas controladas por Rusia, como las regiones de Járkiv, Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón, dijo que su oficina sigue documentando detenciones arbitrarias y posibles desapariciones forzadas de funcionarios locales, periodistas, activistas de la sociedad civil, miembros retirados de las fuerzas armadas y otros civiles a manos de tropas rusas y grupos armados afiliados.
“Hasta el 4 de mayo, mi oficina ha documentado 180 casos de este tipo, de los cuales cinco víctimas fueron encontradas muertas”, dijo Bachelet, añadiendo que su personal también ha oído hablar de casos de mujeres violadas por las fuerzas armadas rusas en zonas bajo su control, y de otras denuncias de violencia sexual tanto por parte de rusos como de ucranianos.
Un cese del fuego de un día salvaría la vida de al menos 50 civiles, evitaría que entre 30 y 70 civiles resultaran heridos y una docena quedaran discapacitados, y permitiría que varios miles de civiles abandonaran con seguridad las zonas en las que se encuentran actualmente atrapados por las hostilidades.
Y lo que es más importante, un alto al fuego demostrará que se puede poner fin al horror en Ucrania, añadió Bachelet.
Griffiths, el secretario general adjunto de asuntos humanitarios, dijo que “las repercusiones de esta guerra se perciben en todo el mundo”, y que la ONU, que ha llegado a más de 4,1 millones de personas con algún tipo de ayuda en todo el país, intentará hacer llegar alimentos y suministros médicos a más ucranianos.
Las Naciones Unidas también seguirán presionando para que más civiles abandonen Mariúpol y la planta de Azovstal, y explorarán “todas las opciones para llegar a más personas en los lugares donde las necesidades son mayores, en otras partes de Ucrania donde los civiles estén profundamente afectados por los combates”, añadió.