Mucho antes que los aviones comerciales surcaran mares y océanos, los globos dirigibles transportaban pasajeros de Europa a América por el cielo. En 1928 se crea en Alemania la empresa de dirigibles que viajarían a través del océano.
El primero fue el Graf Zeppelin, que fue desde Berlín hasta los EE.UU en 1929, el segundo el Hindenburg, gigantesca y lujosa aeronave lanzada en 1936, dotada de camarotes, restaurante, biblioteca y hasta un piano bar.
La aeronave podía cruzar el océano Atlántico de Alemania a América en 2 o 3 días y prometía ser el futuro de los viajes transcontinentales por vía aérea,antes de la existencia de las aerolíneas y los aviones comerciales.
Pero un accidente puso fin a la empresa de los globos dirigibles. El 6 de mayo de 1937 el Hindenburg estalló en llamas al atracar en los EE.UU, al parecer, durante una tormenta eléctrica el hidrógeno que servía para mantener en el aire el dirigible se inflamó y ocasionó la explosión.
La noticia le da la vuelta al mundo y El Impulso la publica al día siguiente. De las 97 personas a bordo, 35 murieron a bordo de la aernoave durante la terrible tragedia y otro que formaba parte del personal de tierra también falleció, lo que dió un total de 36 víctimas. Este lamentable suceso marcó el fin de los dirigibles en el transporte aéreo.