Hoy escribo con dolor, con rabia, con impotencia. La triste noticia del fallecimiento de la Dra. Betty Ruiz, eficiente pediatra al servicio de los pequeños pacientes de la Policlínica Barquisimeto, nos ha consternado a todos. El país es un caos. La Dra. Ruiz muere por el apagón del domingo pasado en la noche. Ningún órgano del Estado explica con responsabilidad lo sucedido y nadie la asume. Nadie del régimen ha dicho nada sobre este triste accidente. No hay lugar de Venezuela donde no encontremos un enredo, una perturbación, una anarquía, un pandemónium. No hay lugar donde en este mismo instante no haya problemas, nos estén violando los derechos humanos. El país no sabe dónde va. Me duele por mis hijos, por mis nietos, por todos los jóvenes venezolanos, por la doctora que muere probablemente cuando iba o venía de atender una emergencia. Se abre ante nosotros un futuro muy incierto mientras tengamos un gobierno como el que actualmente rige nuestros destinos. Oigo decir que todos somos responsables de este caos, pero lo cierto es que el gobierno lo es en mayor medida y diría más, es totalmente culpable. En el pasado, en la mal llamada IV República, que ya empieza a alejarse en el tiempo, los gobiernos, ante momentos de incertidumbre y crispación como los que hoy vivimos, trataban de encontrar caminos para una solución pacífica y concertada. Hoy no ocurre eso, el gobierno mientras más le proteste la población, con mayor terquedad se aferra a sus posiciones. Su criterio es, nadie tiene razón, salvo el gobierno. Nadie puede hablar, salvo el gobierno, nadie puede aparecer en radio y TV, salvo el gobierno. Identifica gobierno y República, cuando en realidad una cosa es el gobierno y otra la República. El régimen se cree dueño exclusivo y excluyente de la verdad y así no podremos arreglar nada, ese comportamiento oficialista nos ahoga cada día más en el caos, en la anarquía y en la destrucción de la República.
A todo lo anterior debe agregársele la constante violación de los derechos humanos. El régimen no siente el más mínimo dolor por la humanidad y persiguen sin compasión, a ciudadanos inocentes que acuden a sus consultas médicas que los servicios hospitalarios públicos no atienden, y a los que asisten a las protestas legítimas y pacíficas que realizan. Están persiguiendo sin clemencia alguna y conscientes de la gravedad de lo que hacen. Designan un Tribunal Supremo de Justicia a su medida. No les importa la presencia de niños y ancianos en las calles, abandonados a su suerte. No hay agua, no hay electricidad, no hay escuelas y un etcétera muy largo. Por eso está muy bien fundamentada la tesis sostenida por muchos, según la cual, quienes así actúan no parecen venezolanos. Pueden ser cubanos o de cualquier otra nacionalidad, pero venezolanos nunca. Los venezolanos, por muchas diferencias que tengamos con nuestros adversarios, conservamos un nivel alto de aprecio y respeto por la vida de nuestros semejantes. Sería de una gravedad extrema, que el régimen esté permitiendo la llegada de extranjeros para perseguir venezolanos. ¿Sería traición a la Patria? Cada quien se responderá esa pregunta. Gran tristeza produce esta dolorosa situación, como la muerte de la Dra. Betty Ruiz. Frente a todos estos sucesos y muchos más que han vuelto invivible a Venezuela, debe acelerarse el estudio de la constitución de un gobierno de transición y la convocatoria a elecciones presidenciales y legislativas lo más pronto posible. Por el bien de nuestro pueblo, debe terminar este caos ya. Dios reciba en su seno a la Dra. Betty Ruiz.
Joel Rodríguez Ramos