La Tierra es uno de los nueve planetas que componen el sistema solar. La característica resaltante de nuestro amado planeta es que su superficie es líquida. Los otros planetas que con la Tierra constituyen el sistema solar son unos de superficie gaseosa. Y otros de superficie rocosa. El único planeta de superficie líquida del sistema solar es la Tierra. La superficie líquida del planeta observada desde el espacio le otorga la cualidad única de ser un planeta azul. La superficie líquida permite que el agua mantenga ese color. De modo que la Tierra es un planeta líquido, pero a su vez también de color azul. La razón y el origen de ese color de la Tierra, el menos difundido entre los colores del espectro del arco iris, la encontramos en el agua. Todos sabemos que el agua es clara y transparente, no tiene color. ¿De dónde, entonces, proviene el color azul? El mar, que es todo agua y el agua no tiene color, es azul. Entonces insistimos: ¿de dónde toma el color el agua del mar? El agua tiene la cualidad de actuar como un espejo. El agua es un espejo y todo espejo reproduce imágenes. Entonces el color azul del mar es una reproducción de los dos hemisferios marinos de la Tierra.
El cielo innegablemente es azul. De él proviene el color azul del mar. La propiedad del espejo de reflejar imágenes es la misma propiedad del agua. El cielo tiene su espejo en el mar; esta es, pues, la razón por la cual el agua del mar siendo clara y transparente actúa como un espejo y ese azul del agua del mar no es otra cosa que la reproducción de la imagen azul del cielo. Esta sencilla explicación debe dejar muy satisfecho a nuestros consecuentes lectores. El azul que nunca cambia viene de arriba, del cielo.
Carlos Mujica