Una ciudad la erigen sus hombres que con su inteligencia transformadora le proporcionan un definido semblante con una variedad de acontecimientos a lo largo de sus fases evolutivas, entre estos al menos 5 asientos.
Barquisimeto tiene en tal sentido su particular proceso y denominaciones como el de: Nueva Segovia que le otorga su fundador el español Juan de Villegas, luego Barquisimeto derivado de un vocablo indígena y también Ciudad del Río Turbio recreado por el poeta quiboreño Naudy Henrique Lucena. Es parte de esa historia en constante reinvención, pues la misma no es estática.
De esa forma, en una singular novela, escrita por Naudy Henrique Lucena, titulada “Los Mundos de Arcadia Barrios”, asistimos a una historia tangencial y fragmentaria de la capital larense, sin pretensión alguna de abordar lo fundacional. El nudo del texto es el enfrentamiento del poder político de una institución estatal como la Alcaldía, el civil, el de los medios de comunicación y el religioso los cuales colidan. El primero con su bestial maquinaria de corrupción, abusos, atropellos, tráfico de influencia y violencia que aplasta a quien ose oponérsele. El segundo representado por Arcadia Barrios, una luchadora social que se rebela contra la pretensión gubernamental de desalojarlos del barrio. El tercero del llamado cuarto poder de los medios de comunicación social actualmente vapuleados por el régimen estalinista que impera en Venezuela. Y el cuarto de la Iglesia Católica con su eterna promesa escolástica del paraíso para los oprimidos.
Arcadia Barrios es un personaje tipo en quien se concentra el liderazgo de una comunidad identificada como Numancia, acosada por la maquinaria del poder político. Una guerrera como muchos otros que en la región han existido. Su lucha nos recuerda la de los moradores de la Zona de Compresión por similar causa en la década de 1970 y cuyo epicentro fue el barrio El Malecón.
Trazar el modelo de una novela implica enfrentar varias tareas para el creador, entre éstas: la definición de la trama con su atrayente atmósfera, estilo, sicología de los personajes, ritmo y tono acordes que logren el cometido de atrapar al lector. Técnica y estilísticamente la obra está levantada de forma lineal desde las corrientes del humor negro y el barroquismo deviniendo en una divertida sátira. Incluso apela a la Nueva Novela de los años 60 del siglo pasado, cuando cita titulares de los periódicos. La misma nos introduce en un ameno y entretenido recorrido por diferentes pasajes de la urbe barquisimetana, pues está apuntalada en un conjunto de certeros recursos literarios, entre estos el del sencillo lenguaje sin por ello descienda a lo grotesco. En ese sentido se nutre de vocablos de la vida diaria como el que fluye en un mercado y hasta del que emana de la televisión cuando refiere a la animadora Mayte Delgado y sutilmente la Radio Rochela de RCTV. Ello lo aprovecha Lucena para retozar con las palabras las cuales deforma como, por ejemplo, “abril” que convierte en “april”, al tiempo que inventa neologismos. Eso constituye una especie de éxtasis que quebranta la ortografía de los vocablos.
Al principio nos encontramos con un monumental símil de la ciudad cuando el autor la compara con “la lava de un volcán” que avizora los convulsos acontecimientos por venir. Sucesivamente, irrumpen personajes y sucesos que hacen la existencia de toda ciudad en cualquier etapa. Un ejemplo es la presencia del sacerdote en la persona de Oscar Freytes y el cantante Jesús Gordo Páez. Al igual que el programa radial Si se calla el cantor, moderado por el periodista y político Orlando Fernández Medina, con el mérito de ser el programa de opinión más longevo de la radio larense. De éste el escritor hace una humorada cargada de superstición pueblerina cuando alude a una comida contaminada con magia negra.
A tono con estos tiempos de la comunicación digital su creador recurre a figuras geométricas hasta la técnica del comic para ilustrar el mensaje. La construcción de un relato literario con profusión de imágenes mediante el programa Excel de la computación. Son los nuevos signos de la ciencia de la escritura. Es parte de los logros del libro con una portada de ensoñación en un ambiente rural que contrasta con su contexto geográfico del cercano Barquisimeto contemporáneo y cosmopolita.
El sitio y asalto del barrio Numancia es uno de los instantes cumbres de la novela cuando se pone de manifiesto el poderío político, policial y militar del atormentado alcalde quien desconfía hasta de las sombras. Un pobre diablo que se sabe rodeado de lunáticos de esos que se arrastran ante el poder y dinero para sobrevivir. Lucena reseña así la cruda realidad de los violentos hechos, los cuales se ubican en el tiempo en los años 70 y 80 cuando surgió la mayoría de barrios barquisimetanos fruto de invasiones:
“Mientras el alcalde mostraba su poder sobre la ciudad, Arcadia y los suyos se preparaban para resistir la nada con debilidad.”
El final del texto tiene ribetes de mítico-espacial cuando el padre Oscar Freytes interviene para salvar a los moradores del barrio de una matanza. Para ello los introduce por un mágico “boquete de luz” semejante a un túnel del tiempo para así emprender un viaje hacia otro mundo. Hecho que rememora la bíblica Arca de Noé. Estamos ante la materialización de la promesa del cielo para los pobres ofrecida por el cristianismo y también el marxismo.
Con Los Mundos de Arcadia Barrios, el poeta Naudy Henrique Lucena se anota otro lauro literario que suma a su reconocida obra poética, más su desempeño como docente de literatura en la UPEL.
Ahora Barquisimeto tiene su novela dedicada, por el autor, al periodista José “Pepín” Martínez Hidalgo, el creador del primer noticiero deportivo de la radiodifusión regional en 1965 por Radio Cronos, donde derrochaba los efectos de sonido. Don Pepín conocía a fondo el lenguaje radial. Es además el personaje principal de uno de sus capítulos.
Freddy Torrealba Z.