El presidente de China, Xi Jinping, dijo este jueves que su gobierno respalda las conversaciones para resolver disputas internacionales, pero se opone al uso de sanciones.
Las declaraciones de Xi en un discurso televisado ante un foro internacional celebrado en la provincia insular de Hainan, en el sur del país, son el último intento de China para describir su enfoque sobre la invasión rusa de Ucrania.
Beijing ha apoyado a Moscú, se niega a calificar el conflicto de invasión y alega que la expansión de la OTAN fue una provocación para Moscú.
Pese a esto, la agencia noticiosa oficial Xinhua citó a Xi diciendo que China sigue “comprometida con el respeto de la soberanía y la integridad territorial de todos los países, con la defensa de la no intervención en cuestiones internas y con el respeto a las elecciones independientes acerca de las vías de desarrollo y los sistemas sociales realizadas por la gente en los distintos países».
“Seguimos comprometidos con la resolución pacífica de las diferencias y disputas entre países a través del diálogo y las consultas, apoyamos todos los esfuerzos que conduzcan a una resolución pacífica de las crisis, rechazamos los dobles estándares y nos oponemos al uso indiscriminado de las sanciones unilaterales y la jurisdicción de largo alcance», añadió, según Xinhua.
China se abstuvo o votó con Rusia en las recientes propuestas presentadas ante Naciones Unidas, y sus medios, controlados por el estado, han amplificado la desinformación rusa sobre la organización de ataques en Ucrania y la producción de armas biológicas con la colaboración de Estados Unidos.
Xi se reunió con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Beijing menos de un mes antes de que Rusia iniciara la invasión el 24 de febrero, y las dos partes reafirmaron en un comunicado conjunto su relación “sin límites”.
Beijing ha mantenido su apoyo a Moscú a pesar de las evidencias de los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas y dice que ambos países tienen una relación económica normal a pesar de las sanciones impuestas por la comunidad internacional.
Además, se cree que estaría estudiando la crisis de Ucrania para determinar cómo podría afectar a su política hacia Taiwán, la isla democrática autogobernada que amenaza con invadir para asumir su control. Taiwán y China se separaron durante la guerra civil de 1949 pero Beijing la reclama como parte de su territorio.
Por otra parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, habló el miércoles con su homólogo chino por primera vez desde que tomó las riendas del Pentágono hace más de un año, rompiendo un bloqueo en las comunicaciones que los funcionarios estadounidenses consideraban cada vez más peligroso.
Austin, que señala a China como el principal desafío militar de Estados Unidos en el largo plazo aunque se haya visto obligado a centrarse en Rusia, solicitó una conversación telefónica con el general Wei Fenghe tras meses de esfuerzos fallidos para hablar con el general Xu Qiliang, el oficial de mayor rango en la estructura militar del Partido Comunista.