El Ingeniero José Luis Betancourt González, presidente de Corpoelec, anunció la operatividad del AT3 del patio Guri B, uno de los 3 autotransformadores del complejo Guri, dándole mayor disponibilidad de aprovechamiento de la generación de bajo Caroní.
A través de las redes, el funcionario divulgó este mensaje: “Buenos días camaradas, hoy 17-04-2022 a las 6 y 48 de la mañana, luego de una ardua y satisfactoria jornada de trabajo, y por supuesto con la ayuda y protección de nuestro Dios Todopoderoso, queda oficialmente en servicio el AT3 del patio Guri”.
“Una vez más la fuerza trabajadora de Corpoelec demuestra su compromiso, lealtad, experiencia y responsabilidad con la Patria”. Hoy tenemos los 3 AT´S de patio Guri “B” en servicio y confiables”, dice el comunicado.
Se estima que con el anuncio mejorará notablemente el servicio del sistema eléctrico nacional, golpeado severamente por los constantes y desmedidos apagones en el país, que no obstante presenta un notable deterioro en cada una de sus áreas. Venezuela cuenta con una capacidad termoeléctrica activa de entre mil 500 y 2 mil megavatios, cuando la instalada es de 19 mil 500 megavatios.
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Los venezolanos recordamos el 7 de marzo de 2019 como un día que inició como cualquier otro, pero que terminó con una oscuridad que se extendió en casi todo el país durante una semana, pesadilla que aún no termina con el racionamiento o plan de administración de carga, calificativo dado por la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
La reparación del autotransformador que une a las 2 estaciones le da una mejora al sistema, ¿pero es suficiente para retornar a la normalidad?
La duda la aclara el ingeniero electricista Orlando Díaz, con cerca de 36 años de experiencia en el sector eléctrico, sistemas de potencia, consultor y gerente de proyectos: “Indudablemente que no porque todo el sistema eléctrico está comprometido”.
Estima que el sistema eléctrico nacional no es solo la generación, también forman parte las redes de transmisión, las subestaciones de potencia y las redes de distribución.
“Hasta que se llegue a niveles adecuados de mantenimiento y nuevas inversiones en la ampliación de servicios, no se puede decir que tenemos un sistema eléctrico de la calidad y disponibilidad que se requiere. En este momento siempre vamos a estar sujetos a las variables normales de equipos envejecidos”.
El ingeniero Díaz, graduado en el Politécnico de Barquisimeto y miembro de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas y Mecánicos, se desempeña igualmente en actividades en libre ejercicio de la ingeniería del sector eléctrico y gerencia de proyectos.
Por ello, con toda propiedad señala que “para completar el servicio la generación debe estar completa, que incluya no solo Guri, sino las termoeléctricas que están a lo largo del país, las cuales sufren crisis por falta de mantenimiento, daños de equipos y falta de combustible, y las hidroeléctricas que están en la zona de Los Andes, que también muchas de ellas tienen problemas de racionamiento, baja capacidad o disponibilidad por temas igual de mantenimiento y falta de reparación en sus instalaciones”.
“Decir que eso resuelve el tema de racionamiento es muy prematuro. Habría que hacer otros análisis. Seguramente habrá mejoras de disponibilidad, pero no creo que llegue al tema de solución porque la transmisión en 800 y 400 están limitadas por envejecimiento y falta de inversiones en las líneas y subestaciones asociadas. En principio es una mejora, pero no resuelve los cortes”.
Todo nuestro sistema eléctrico nacional, recuerda, fue orgullo de Venezuela y ejemplo para el mundo. Desde el año 89-90 se le hacía seguimiento a través de empresas privadas para hacer estudios y mostraba ya necesidad de inversión de dinero para asegurarse, porque en Venezuela iba creciendo enormemente el consumo de energía. “Teníamos un sistema robusto pero había que hacerle otras cosas”.
Retrocedió en el tiempo y recordó que antes de llegar a esta pesadilla cuando se iba un transformador que era el último punto de nuestro sistema, a más tardar en 4 o 5 horas se tenía restablecido porque estaba en los almacenes y en el tiempo lógico de irlo a buscar.
Las cuadrillas de emergencia, si era un fin de semana, dijo, iban y lo sustituyen independientemente del tamaño porque había disponibilidad de equipos, de personal que sabía hacer toda la maniobra, no sólo quitar y poner el transformador, sino toda la logística asociada.
“En las subestaciones pasaba igualito si se iba un interruptor o un transformador. El sistema estaba conectado de manera que los servidos de esa subestación podían recibir energía haciendo interconexiones adecuadas. Entonces el sistema tenía los niveles de confiabilidad y disponibilidad, porque los equipos estaban con todas las limitantes económicas bien mantenidos y existía personal calificado y con mística, que con ella van 2 cosas juntas: Sabían lo que tenían que hacer, tenían un nivel de responsabilidad adecuada, y lo hacían sin buscar otra cosa.
Cuando los apagones de marzo del 2019, uno se debe a que falló el autotransformador que conecta Guri 1 y Guri 2. Este fue uno de los que se incendió y la excusa fue la del saboteo. Hubo un polo que se dañó completamente. Es un equipo grandísimo de 1500 MVA. Ese repuesto era la reserva de la subestación La Veda en Yaracuy, cerca de Yaritagua. Lo transportaron hasta Guri a los 6 u 8 meses del apagón.
En este período de 3 años, apunta, se lo llevaron y comenzaron los trabajos de su recuperación, tomando el repuesto porque no había ni dinero ni contrato para mandar a hacerlo, las razones de bloqueo etc.
Realmente, aclara, transportaron un repuesto que es una parte de ese transformador, lo llevaron a Guri, desinstalaron el dañado, hicieron todas las conexiones electromecánicas necesarias iniciando el proceso de pruebas, diagnóstico y todo ese tipo de cosas, y no fue sino hasta este momento del informe de Betancourt donde se indica que el equipo está operativo. El mismo toma carga, es decir, está conectado, y a través de él está fluyendo energía.
Reconoce el ingeniero Díaz que éste es uno de los trabajos que se requieren en el país. Fue hecho con calidad cumpliendo con todas las normas y requerimientos que dicha instalación requiere.
Todo se hizo muy bien, admite, y ayuda a tener disponibilidad de entregar energía al gran pulmón que es la transmisión de 800 y 400 de energía eléctrica, pero se habla de que Guri no tiene un nivel de certificación, que está ahorita en el nivel de los 10 mil megavatios de entrega al país.
Pero advierte que cualquier problemita que se tenga en Guri compromete la entrega de la demanda requerida, porque nuestro sistema está hecho basado en un sistema híbrido, aprovechando nuestro gran pulmón que corresponde a Guri y tener las grandes termoeléctricas en Puerto La Cruz, en la región del centro y las que están en el Zulia, más unas hidroeléctricas que están en la zona de los Andes, del Uribante Caparo. “Todo ese aprovechamiento de las condiciones hídricas de esa zona, todo ese sistema estabilizado es lo que nos garantiza tener generación disponible para cubrir la demanda.
¿Por qué se genera el racionamiento o administración de carga?
“Porque no tenemos capacidad de generación para cubrir la demanda eléctrica del país. Es decir, se están requiriendo alrededor de 12 mil megavatios, y nosotros tenemos apenas una de 10 mil menos de demanda no atendida. Entonces la única forma es hacer una repartición de apagones, repartos de energía o administración de carga o racionamiento.”
Lo que está pasando en el país, explica, es que no tenemos capacidad de lo que se demanda, a lo cual podemos decir que con la paralización prácticamente de la industria de producción de bienes y la diáspora, nuestra demanda se redujo enormemente, y sin embargo no podemos cubrirla.
Subraya que el SEN está conformado por 4 grandes bloques que son la generación, transmisión y distribución, y la cuarta la comercialización, que es el tema de cobrar las tarifas y tener la atención al cliente de manera adecuada, recibir los reclamos de ese cliente y toda esa cantidad de cosas que son la parte comercial del sistema.
Entonces califica la generación con un porcentaje extremadamente elevado de hidroeléctrica que se ve afectado por los cambios climáticos, período de verano y lluvia. “Tenemos un sistema de transmisión el cual debería estar en mejores condiciones de mantenimiento que ha sido bajo con problemas de “pica y poda” que no se ha hecho a tiempo”.
Por ello, explica, los incendios producen disparos de circuito que se salen de servicio, líneas que causan esta inestabilidad en el sistema, subestaciones que tienen equipos envejecidos que ya cumplieron desde hace rato su vida útil, equipos de protecciones que están en esas condiciones cuya precisión de operación o calidad no es la adecuada.
“Se necesitan equipos de nueva generación. Eso en las subestaciones asociadas a transmisión. Luego en la distribución tendríamos esos circuitos que recorren cada ciudad o cada pueblo, los cuales requieren inversiones constantes, cambios de conductores, de transformadores. Esos equipos requieren ser bien mantenidos y en algunos casos sustituidos”.
Es lo que está pasando, comenta, cuando se va un transformador en una comunidad y no es sino hasta que la misma consigue ese repuesto, haciendo lo que vulgarmente llamamos una “vaca”, buscan por aquí y por allá cuando cuadrillas de Corpoelec lo sustituye, aunque existe poco personal operativo en cada región, en cada zona, para atender los requerimientos de distribución y mantenimiento del sistema.
Toda esa cantidad de cosas, podemos decir, tienen a nuestro sistema eléctrico nacional bastante comprometido el cual requiere enormes inversiones. Hay estudios que indican que se requiere la inversión, por no menos de 3 años, de 5 mil millones de dólares anuales para ir mejorando el sistema, números que están dentro de las realidades, política de inversión continua en la recuperación del sistema el cual está comprometido, culmina diciendo el Ingeniero electricista Orlando Díaz.
