Por: Carmen Virginia Carrillo/ www.lawebdelasalud.com
En la desnudez de la luz, brevísima antología arbitraria, compilada y editada por Gladys Medía, reúne una selección de textos de quince poetas venezolanas, nacidas en los años sesenta, que comparten la percepción de la escritura poética como una experiencia íntima y de autoconocimiento.
No solo las une el hecho de ser mujeres, profesionales con destacadas trayectorias en distintos ámbitos, en particular el ámbito editorial, sino también una serie de circunstancias que, generacionalmente, les tocó vivir en un país con una crisis política, social y moral que se ha prolongado por más de veinte años y ha intensificado la precariedad de la existencia forzando a una diáspora que no cesa.
En la obra de estas destacadas poetas, encontramos recurrencias temáticas de carácter universal, tales como el dolor, la muerte, la rememoración de la infancia, la casa como espacio de seguridad y cobijo, el viaje y la otredad.
Las descendientes de emigrantes nos hablan de las memorias heredadas de sus ancestros, del desarraigo, la melancolía, el bilingüismo y la transculturalidad, a la vez que buscan reivindicar el patrimonio cultural de los ancestros a través de la palabra.
Para las escritoras que emigraron, Carmen Leonor Ferro, Geraldine Gutierrez-Wienken, Claudia Sierich, Belen Ojeda, Gina Alessandra Saraceni Carlini, Eleonora Requena la poesía se convierte en el espacio de consuelo.
Los versos describen las dificultades que conllevan los desplazamientos: el desarraigo, las pérdidas, pero también la solidaridad. Todo ello como parte de una narrativa autobiográfica que habla de la condición de extranjería e insiste en la necesidad de preservar la memoria, como parte fundamental de la búsqueda de la identidad.
El exilio no solo ha sido experimentado por las escritoras que se fueron del país: las que han permanecido en Venezuela han padecido una especie de exilio interior y encuentran refugio en la escritura.
La nostalgia por una Venezuela que dejó de existir, las ausencias y añoranzas familiares están reflejadas en estos poemas que, en oportunidades, funcionan como una forma de resistencia.
Un discurso poético que intenta preservar la identidad para que no se desvanezca en el olvido, que retrata con palabras los espacios habitados, las memorias fundamentales, que está consciente de la pérdida del espacio de protección, de la patria.
Estamos ante un imaginario poético de amplio espectro, que, por otro lado, se ocupa de reflexionar sobre la lengua, el oficio de la escritura, y la traducción. Diálogo de las poetas consigo mismas y con otros a los que se interpela.
Poéticas novedosas que buscan condensar significativamente los estados emocionales, llegando incluso a la mínima expresión, como es el caso de Wafi Salih con sus poemas brevísimos, y sus haikú.
Prosaísmo, discontinuidades, sugerencias simbólicas, resonancias melódicas, omisión de los signos de puntuación o uso arbitrario de los mismos, el tratamiento del espacio en blanco como elemento significativo, son algunas de las estrategias discursivas que exploran las poetas.
De esta generación de mujeres comprometidas con sus raíces foráneas, y reunidas en esta antología, Sonia Chocrón, Jaqueline Goldberg y Victoria Benarroch, comparten el origen judío, identidad religiosa que define una visión del mundo condicionada por el sufrimiento y la angustia existencial consecuencia del miedo, la indignación y el sufrimiento causado por la infamia vivida por los ancestros.
Kira Kariakin, Wafi Salih, Yoyiana Ahumada Licea, nos hablan de las memorias de sus ancestros emigrantes. Desarraigo, nostalgia, melancolía, bilingüismo y la transculturalidad constituyen núcleos semánticos fundamentales.
La espiritualidad, el misticismo y la imaginería religiosa están presentes en la obra de Patricia Guzmán, María Antonieta Flores, Carmen Verde.
En los versos de Sonia Chocrón, Carmen Verde y María Antonieta Flores se desmitifica el rol asignado a la mujer y se propone una subjetividad femenina que registra sensaciones y explora un discurso gozoso ligado a la sensualidad y la atracción erótica. Estamos ante una expresión del erotismo subversivo, liberador que exalta lo orgiástico.
El oficio de traductoras, que muchas de ellas realizan, se complementa con la reflexión metapoética ofreciéndonos una imagen de una generación, un país, unas circunstancias que a todas atañe y que cada una metaforiza de manera particular.
Los poemas reunidos en la antología dan cuenta tanto de las particularidades como de los elementos coincidentes en los trabajos poéticos de sus autoras. La extranjería, el bilingüismo y la transculturalidad constituyen núcleos semánticos fundamentales, que a su vez tejen tramas dialógicas con consideraciones sobre el ser.
Poetas, para leer y ser leídas
Leer más: www.lawebdelasalud.com