Este 19 de abril se cumplen 212 años de uno de los momentos más importantes en nuestra historia, un episodio que dio, en la historia de nuestra república, un primer paso para defender el derecho de reasumir la soberanía. Aquel fue un movimiento encabezado por la sociedad civil, donde los venezolanos demostraron su preocupación ante los hechos que ocurrían en Europa. Fue la primera vez en que, desafiando al yugo español, se llamó a un cabildo abierto en Caracas para decidir nuestro futuro, lo que marcó un antes y un después, no solo en nuestra nación, sino también en el resto de la región sudamericana.
212 años después vemos como, lamentable, el Cabildo de Caracas es utilizado por el régimen para modificar nuestros símbolos capitalinos. Cambiar el himno y el escudo de Caracas es un nuevo intento para alterar nuestra historia a su conveniencia. Tenemos más de 20 años viendo esta estrategia en la que modifican nombres de parques nacionales, plazas, museos, autopistas y nuestros símbolos, intentando con esto que olvidemos de dónde venimos, que olvidemos nuestro pasado.
Mientras los caraqueños, y todos los venezolanos, no tenemos agua, ni luz, ni Internet y la basura atiborra las calles, los concejales en Caracas toman como un asunto urgente este cambio, como si fuera a solucionar los problemas de la gente. Los caraqueños no comemos escudos. Modificar el himno no va a cambiar la difícil realidad que vivimos. Mientras el régimen presenta nuevos símbolos como una victoria para la sociedad civil, detrás de esto siguen violentando nuestros derechos y libertades.
Así, hoy más que nunca, debemos resaltar nuestra rica historia, recordando todos aquellos grandes momentos que nos moldearon como nación. El 19 de abril de 1810 fue un movimiento cívico que comenzó la lucha por lo libertad. Nuestro país necesita en el presente, que los civiles nos organicemos nuevamente para lograr un cambio político que permita la reconstrucción del Estado y sus instituciones.
Las libertades deben defenderse todo el tiempo, no dar por sentado nada, pelear siempre por los derechos ganados y por alcanzar nuevos derechos como ciudadanos. Los derechos no son un favor que nos concede el Estado y que pueden violentar el grupo que esté en el poder le convenga. Estos nos pertenecen sin importar nuestra ideología, religión, género, orientación sexual o color de piel. Todos merecemos poder gozar de calidad de vida, con salarios dignos y servicios básicos que de verdad funcionen.
Conmemorar el 19 de abril de 1810 nos debe servir como ejemplo de cómo la unidad cívica permite lograr las metas que nos propongamos. Este evento histórico nos recuerda que la soberanía reside en las personas, no en un régimen opresor. Al igual que en nuestro proceso independentista, nuestro deber es escucharnos, unirnos y organizarnos para salir adelante y recuperar nuestra libertad.
Stalin González