A juicio de los vendedores de pescados y otras especies marinas que hacen vida en el Mercado Municipal de Puerto La Cruz, es imposible apegarse a la lista de precios justos que estableció la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), junto con el Ministerio de Comercio, de cara a la Semana Santa.
Según los consultados, si el régimen nacional de verdad desea ofrecer productos accesibles a la población, primero deben garantizar las condiciones de trabajo para todos los que conforman la cadena que lleva el producto desde el mar hasta el ciudadano común.
“Por ejemplo, ¿Cómo yo vendo un kilogramo de raya en Bs 11,44, que es el precio justo, cuando a mí me sale en casi 15 bolívares? Simplemente no se puede”, manifestó Luis Díaz.
Cabe destacar que esta es una de las especies más utilizadas para preparar el tradicional “cuajao” y el expendedor ofrece los mil gramos en Bs 18,00.
“Muchos nos acusan de aprovechadores, pero los precios prácticamente se escapan de nuestras manos. A nosotros también nos afectan los aumentos drásticos de mercancía de una semana a otra”, señaló.
Díaz agregó que ni la sardina, que es de los productos más económicos, es rentable comercializarla al costo que dice la lista publicada por la Sundde.
“Una caja de 10 kilos nos sale en 27 bolívares, más o menos. Vendiéndola a Bs 2,20 no podríamos reponer mercancía”, explicó.
“Ni los chavistas la cumplen”
Eduardo Peraza, quien lleva más de 40 años dedicado a la venta de especies marinas en el mercado porteño, señaló que «ni los chavistas cumplen con la fulana lista», en relación a los precios ofrecidos en la «Feria del cuajao» que se instaló en el estacionamiento del antiguo bingo Platinium.
«Para acá han venido funcionarios estos días a darnos charlas e instar a que ajustemos costos. Pero incluso en la feria que montaron, algunos precios sobrepasan los límites porque realmente no da».
Según dijo Peraza, apenas salga de lo que tiene no trabajará más por lo que resta de Semana Santa, ya que no está dispuesto a seguir aceptando aumentos abruptos que cada vez reducen más el margen de ganancia.
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