La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) presentó su informe Coyuntura Empresarial de marzo 2022 donde resaltan cómo el sector ha sido rezagado en la recuperación económica del país debido a la falta de crédito e inconvenientes que impone el BCV.
Conindustria apunta que la falta de financiamiento tiene serias implicaciones en la economía nacional, destacando que esto tiene un efecto multiplicador, aunque a pesar de esto los industriales invierten y producen con sus propios recursos, pero son muchas veces insuficientes para generar valor agregado y aumentar la productividad.
“No se trata meramente de que los agentes económicos depositen sus ahorros en los bancos y que las empresas accedan a dichos recursos para financiarse. El proceso va más allá de eso. Tiene que ver con el uso de tecnologías modernas, el desarrollo de nuevos productos y servicios y la inclusión de más actores con la finalidad de darle mayor profundidad y dinamismo al mercado financiero”, destaca el documento.
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El organismo indica que en los últimos años, el sistema financiero venezolano se ha venido debilitando lo que implica que varios entes como ahorristas, inversionistas privados y prestamistas no puedan acceder al financiamiento ofrecido por el Estado.
Cabe resaltar, que el BCV redujo el porcentaje de encaje legal a 73% este 2022, pero aún no se ha reactivado el crédito. «Para un sector financiero tan disminuido como el venezolano, con porcentajes históricos de hasta 10% para la cartera crediticia manufacturera, el monto es insignificante para cubrir las necesidades de financiamiento del sector industrial privado, con lo cual no se estimula la reactivación de la manufactura nacional».
Para la confederación toda esta problemática genera que los bancos se transformen en “agentes que cumplen una función puramente transaccional, en lugar de ejercer su rol como intermediario crediticio”.
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Al menos 5.160 millones de dólares necesita Conindustria para aumentar la productividad de las 2.000 empresas activas que existen en el país. “Si solo consideramos la necesidad de inversión que requeriría la manufactura nacional para volver a los niveles de 2008, esta sería de al menos 20.000 millones de dólares. Lo que se traduce en un promedio de inversión por empresa de 2,58 millones de dólares”.