El veneno de esta rana es capaz de causar síntomas de entumecimiento muscular y problemas cardiorrespiratoria en humanos. Su coloración es llamativa y aposemática (con ella alerta a los depredadores de que no intenten comerla, por ser venenosa).
Por lo general tiene el dorso negro con manchas transversales naranjas, amarillas, verdes, blancas o azules.
La variabilidad de sus tonos ayuda a que se puedan identificar individuos específicos. Los machos tienen además almohadillas digitales más grandes, para poder escalar los árboles.
Suelen encontrarse en claros de bosque, sobre todo en épocas de lluvia y aún más, si hay un árbol caído recientemente. Estos troncos la proveen de mayor cantidad y diversidad de alimento.
Al contrario de otras ranas, la de punta de flecha es de hábitos diurnos, muy sociables y permanecen en pares o en grupos. Cuando se aparea, es muy activa, hasta competitiva. Pueden pasar horas luchando, atacando y persiguiéndose usando sus mentones y antebrazos.
Por lo general se mantiene en el suelo, pero pueden usar sus fuertes extremidades para escalar árboles. Su nombre lo recibe porque, según leyendas, su veneno era utilizado en las puntas de los dardos y las flechas de caza. Sin embargo, no hay pruebas de ello.
Se desconoce la fuente de toxicidad, pero científicos creen que es posible que asimilen los venenos de las plantas transportados por sus presas, como las hormigas, termitas y escarabajos.
Infografía: Omar David Suárez