«Tarde o temprano, el pensamiento equivocado lleva a la mala conducta».
Julián s. Huxley
Entre otras aberraciones, las conductas desadaptativas son patrones patológicos, que implican comportamientos indeseables, donde el psicópata viola las normas cualesquiera que estas sean y produce tormento a las víctimas, comete delitos, corrompe y destruye, entre otros horrores en razón de la disfuncionalidad de su amígdala cerebral. Recordemos que el psicópata tiene menos materia gris en el área pre frontal del cerebro que el resto de la gente y eso es una afección por su deformidad. Y no es que con esto quiera justificarlo, claro que no, sino advertir que están ante un monstruo, ante un ser deforme que produce daño a la sociedad. Que se disfraza de gente empática para no ser descubierto y poder mezclarse.
Y lo peor del caso es que existan personas que lo imiten y lo justifiquen, porque no son sus amigos sino sus cómplices. Pero qué otra cosa se puede esperar de gente inmoral, corrupta y delincuente como él. Verbigracia Sussana que vive en el bajo escondrijo de su indecencia con su moral de bota ancha y los tíos Ananás y Nevur. O el caso de las Chabelas del piso arcoíris. Sin dejar por fuera a la borracha, ni al Chucho ni a la Pepa y su marido. Y los obreros del mal cuyas lecturas más fuertes son la revista Condorito o la Revista Hípica. Todos hipócritas sodomizados por el psicópata que les ha comprado el alma. Pero que han sido de débiles principios morales y espirituales como si en sus hogares sus padres hubieran fracasado en su educación cívica y ética, en sus ejemplos de cómo debe ser la gente decente y honesta. A quienes les ha sabido un rábano el consejo de « No hagas cosas buenas que parezcan malas, ni cosas malas que parezcan buenas» y menos para complacer al Coronel psicópata, porque son tan reos de delitos como él.
En el caso de este Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista, sus conductas desadaptativas están a la orden del día. Podemos reiterar su incapacidad de inhibir su cólera , en su caso el dolo malo , su perversa intención de dañar , por su propia decisión de no gestionar sus emociones, de tal forma que deja explotar su agresividad deliberadamente en contra de sus víctimas o presas flagrantemente , ya sin ninguna vergüenza, sin temor a la sanción, porque se siente a sus anchas en la institución de la que se ha adueñado y no se siente obligado a guardar ninguna apariencia , salvo aquellas que puedan contrariar estás apreciaciones que expongo , para simplemente seguir disfrazándose y dejar en mal diagnósticos y descubrimientos donde se le deja en evidencia ; como quien eructa o se echa un pedo en público, malos hábitos que él admira de quienes los protagonizan pues son sus héroes, porque se siente seguro en su cubil. No se puede obviar la manera en que se ufana al intimidar, causar temor, tal cual un Licaón con mal de rabia. Además su cinismo lo caracteriza, como perteneciente al perro, en razón de su afección psiquiátrica del síndrome de licantropía. «En la mitología griega, Licaón es el tristemente recordado rey que fue castigado a consecuencia de su orgullo e impiedad y fue transformado en lobo.» Pero en el caso de este coronelito, ya él mismo se cree perro y se porta como un perro, sabe que es un perro por su inmunda personalidad y aunque se endiosa para auto engañarse y dar una fachada de importancia, sabe que ni es Dios ni es Rey ; pero hay quienes acostumbrados a que los pisoteen , le sirven de súbditos , esclavos y cómplices , de correveidiles y de alcahuetas y le siguen el juego , unos por interés en mantener el estado de corrupción, otros por educación y algunos por diplomacia . Pero nadie lo quiere honestamente. Está solo en afectos y como todo psicópata, su destino es la soledad, mudarse constantemente de residencia para escapar de sus deshonores o definitivamente le pondrán los ganchos al hacerlo preso para terminar en la cárcel. «Deja de tener ese cargo y lentamente se quedará sin cómplices». Fue vomitado por el espíritu Santo, en alguna geografía.
Es un abusador habituado a irrespetar a los demás, a aprovecharse de su investidura para sobajar y vejar impunemente, por su maldad, produce repugnancia y rechazo por parte de la gente que no se arrastra , contrariamente como sí se degrada la corte de los bufones , los monos voladores, esclavos sin autoestima que reptan ante el felón para conseguir sus favores. Esta calaña de inadaptados que lo acompañan y lo apoyan para mantener el establishment de corrupción y criminalidad.
En razón de la crónica perturbación de su salud mental, este Coronel que padece el trastorno de personalidad antisocial, asociado al trastorno explosivo intermitente; se le puede observar con episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas, agresivas y violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que reacciona con demasiada exageración para la situación y se le pegan los platinos. En más de una ocasión mientras se le estudiaba, analizaba y observaba, se le preguntó: ¿Coronel por qué usted pelea tanto, porque usted de repente grita con furia y enojo, insulta y anda rabioso, así como en este momento lo está haciendo?, a lo que él respondió sin mayores, ¡no, no, no, y menos con los amigos, como usted! Acostumbra echarles mentol en los ojos a sus observadores, porque piensa que es listísimo y no que transitoria y circunstancialmente está ejerciendo un cargo donde se siente un rey lleno de impunidad, aprovechándose miserablemente de que otros necesitan un trabajo , un salario del que comen no solo el empleado sino sus familiares y hasta los inocentes de la casa. En lo que estaba negando lo que era evidente, lo que en tiempo real estaba presenciando su entrevistador. Es que así hace el psicópata por muy evidente que sea su comportamiento desadaptativo, siempre lo niega, porque juega con la psiquis de los demás y es un pérfido en el uso del gaslighting. El psicópata no admite sus conductas desadaptativas, no asume sus culpas, siempre se las endosa a los demás, nunca admite que se ha equivocado y siempre corre la arruga, buscando y consiguiendo una víctima a quien endilgarle sus monstruosidades, culpas y responsabilidades. Siempre persigue confundir la percepción real de sus conductas desadaptativas, creyéndose súper listo al metamorfosear lo que ha quedado en evidencia, pero que él niega y torea.
Fue altamente imprudente cuando quiso envolver a su entrevistador en su juego mental, afirmando que era su amigo, teniéndose muy claro su diagnóstico, de que estaba tratando con un psicópata, quien insistía en convertir al entrevistador en otro de sus monos voladores, que tenía en frente de sí a un hombre sin escrúpulos desde hacía tres años, tiempo que prolongó cuanto pudo para cerciorarme de los estudios que le estaba practicando.
Pasan al bando de sus enemigos para este Coronel psicópata, narcisista, las personas que dejan de adularle y serle útiles para sus objetivos criminales, y delincuenciales, de control y manipulación, de odio y de envidia, del relajo de la decencia y de la honestidad. De igual modo entre las conductas desadaptativas de este psicópata integrado, el Coronel narcisista, licántropo y voyerista, es que su enfado siempre conlleva un castigo. Este trastornado Coronel se cree con la autoridad de infligir torturas físicas y psicológicas a los clientes internos y externos, la juventud que anda buscando otros derroteros algunos para servir a la sociedad y otros para delinquir al percatarse que en la institución no hay sino malos ejemplos y ninguna estructura moral ni ética que emular, porque entre tantas barbaridades son objeto de violaciones y del cobro constante e ilícito de peajes a capricho de sus guías. ¡Tremendos guías!
Como es narcisista, opina que el mundo le debe idolatrar y si no siente que la gente se arrastra ante él y que no lo reverencia, entonces cualquier nimiedad lo hace enfadar, o cuando le vienen con chismes sus monos voladores a quienes cree sin cortapisas porque es chismosísimo, cizañero y murmurador, sus oídos siempre están atentos al comadreo, no parece un hombre, no parece el macho alfa que quiere proyectar. ¡Porque no lo es! NI él ni su borracha concubina son lo que dicen ser. Evoco un pasaje en la vida de Cayo Julio César, «a la mujer del César no le basta con ser honesta, sino que tiene que parecer honesta» Y este par de psicópatas quieren proyectar que son honestos y decentes, mientras se comportan como lo que son realmente, ladrones, corruptos, depredadores sociales, criminales encubiertos. Tal para cual, ladrón y ladrona se juntaron. Los signos exteriores de riqueza los delatan, porque sus menguados salarios no dan para comprar autos, ni smartphone de alta gama, ni construirse mansiones de tres pisos, ni comprar varias casas, etcétera.
¿Y qué es lo que quiere el negro? El negro quiere seguir depredando de la institución de bajo perfil. Pues este Coronel psicópata pretende que todo el mundo se comporte como la gallina desplumada por Stalin el dictador soviético 1878-1953, y que no obstante sus desplantes, su mala educación, sus faltas de respeto y faltas de cortesías, su violación a los derechos humanos que no prescribe – estás grabado felón , con tus propias cámaras – , su corrupción y su criminalidad , quiere que los clientes internos (los empleados) y los clientes externos ( los usuarios) sean su fanaticada irrestricta para adularlo y que genuflexos le pidan a su deidad que los saluden, que no los ignoren cuando se desplaza en los pasillos de la institución disparado con su prurito rectal , que le rueguen que los tomen en cuenta, que si él no saluda entonces sus súbditos vayan tras él a solicitar la misericordia de ser tomados en cuenta por tan insigne personaje que no llegó a General por corrupto. Pretende este insano mental que la gente se quede callada y nada reclame sobre lo que observa y presencia en la institución que le sirve de mampara o de concha criminal para a su negocios sucios donde vende ilícitamente documentos, y tiene su burdelillo en el que viola a los jóvenes que no le pagan en dólares, en donde vende drogas, extorsiona y cobra peajes caprichosamente. Además trafica con la hipocresía, llama a otros hipócritas cuando han descubierto su personalidad y sus intenciones malsanas y se escapan de su control, entonces él los insulta y declara que no trafica con la hipocresía, siendo él la mayor expresión de la hipocresía, toda vez que todo psicópata es falso, mendaz, un disfraz de persona; pero no quiere competencias, nadie puede ser más listo que él. El muy canalla. (Cachicamo llamando a Morrocoy conchudo).
El psicópata hace esperar a los demás intencionalmente, con dolo malo, por su narcisismo, como control y manipulación para devaluar a quienes esperan, para que le rueguen y le rindan pleitesía, eso es parte de su combustible y otro ejemplo de sus conductas desadaptativas. A los propios empleados que quieren reportar sus trabajos los hace esperar hasta que se hastíen, con toda mala intención por prolongados periodos mientras está encerrado teniendo sexo con la borracha , su psicópata concubina , solo para dejar claro que él es superior, cuando lo que quieren los clientes internos es entregar los productos de sus trabajos , él se sacia haciendo que lo esperen e incluso que le rueguen para ser atendidos por algo que es de interés institucional, pero el Coronel psicópata con su trastorno mental aprovecha cualquier escenario y momento para minimizar a los demás y mostrarse un gigante , a quien hay que hacerle lobby , además de rendirle pleitesía.
Otra de las conductas desadaptativas del Coronel psicópata es la intimidación, que es un abuso. Golpear las paredes, gritarle en la cara a la gente, proferir amenazas veladamente y explícitamente.
Entre otras estrategias insanas en sus conductas desadaptativas es su trato intermitente, en lo que a veces trata bien a las víctimas para que no esperen luego un trato cruel e indiferente o piensen que ya no será un maltratador; pero luego vuelve comportarse como un violador de los derechos humanos, como un patán sin escrúpulos, como un insano descortés y maleducado, produciendo confusión en sus presas o víctimas. Es otra conducta desadaptativa en la que aplica sus juegos mentales para causar efectos malignos en la salud de quienes está enfocado en destruir.
«Mi conducta no toca decirla a mí, bástame remitirme al testimonio de los que presenciaron mis actos».
Jerónimo Usera
Crisanto Gregorio León