El béisbol es parte constitutiva y raigal de la idiosincrasia venezolana, está integrado al habla, la memoria colectiva que dé él se conforma leyendas y ficciones que jalonan hitos históricos del orgullo nacional.
Estas ponchado, no te hagas el Willymay, está en tercera y con un roling anota, la sacó de jonrón, ese es un fleicito al cuadro, frases como estas conforman un universo de expresiones cotidianas nacidas de la jerga beisbolistica, manantial abundante del lenguaje coloquial que todos entendemos porque compartimos el amor al bate, la pelota, el guante y el grito de play ball.
El béisbol es también refugio de amistad para defendernos de las inclemencias políticas y los vientos huracanados que soplan desde la conflictividad social, por ello todos los fines de semanas a lo largo y ancho del país se juega beisbol en estadios o campos abiertos habilitados por el ingenio y el empeño popular, para hermanarse en jornadas tuteladas por este deporte al cual nosotros coronamos como Rey.
En Venezuela estamos rodeados por el hit, el out, la carrera y las grandes atrapadas, es imperio de la vista, memoria enaltecida y comentario cotidiano. Muchos son los héroes de esta aventura interminable y solamente hay que afinar la visión para descubrirlos entre nosotros, héroes que no necesariamente han escalado al béisbol profesional o las grandes ligas, sino gente humilde que hace de este deporte nacional un campo de sueños cotidiano.
En la Urbanización Santos Borgel de Cabudare tenemos el gran honor de tener como vecino a uno de estos héroes, Alberto Beto Rivero. Representó a Lara en varios campeonatos nacionales de béisbol doble A, luego en varios campeonatos nacionales de softbol y todavía a sus 87 años tiene presencia en los juegos de sábados y domingos en Palavecino o Iribarren, es una leyenda querida y admirada por varias generaciones de amantes de la pelota y el diamante.
Por ello los vecinos de Santos Borgel le estamos organizando un homenaje para el 23 de Abril en nuestro parque interno, con el apoyo del equipo Cardenales de Lara. Pudiera parecer extraño que una empresa de grandes dimensiones acompañe la iniciativa de una pequeña urbanización clase media de Cabudare y por ello es oportuno explicar algo que muchos fanáticos del equipo Cardenales tal vez desconozcan. Su Presidente Humberto Oropeza antes de ser empresario exitoso en el mundo de los deportes fue y continúa siendo un católico practicante, de una profunda formación intelectual y religiosa al lado de Rafael Tomas Caldera y beneficiario directo de las enseñanzas de Monseñor Escrivá de Balaguer. Su profesión es sociólogo con doctorado en Estados Unidos y militó en el partido socialcristiano Copei donde fue parte del equipo de teóricos que defendía los nuevos conceptos y prácticas de la Participación Popular como mecanismo de superación de los sectores más desposeídos de la sociedad. Cuando le dijimos que el homenaje a nuestro vecino Beto Rivero, una gloria del béisbol aficionado, era también un homenaje a ese pueblo que encuentra en el béisbol los puentes de fraternidad para sobrevivir a las tormentas dionisíacas que se abaten sobre la sociedad, inmediatamente nos dio su apoyo, agregando que el Cardenales de Lara nació como un sueño del beisbol playero caroreño y por ello mantenía lealtad absoluta con esa fanaticada que siente al béisbol como su casa sentimental.
Nuestro orador de orden en el homenaje será Lázaro Aranguren, un periodista deportivo de excelencia y profundidad, conocedor experto del béisbol doble A y amateur porque fiel a su vocación de servicio a las necesidades y expectativas populares, asumió así compromiso de ser uno de sus voceros en los medios de comunicación social, como periodista de talla superlativa y como Diácono de la iglesia católica, consustanciado con las instrucciones de Concilio Vaticano II que nos obliga a buscar a Dios encarnado en nuestros semejantes.
Al conocer de este homenaje el rector Juan Pedro Pereira sumó el apoyo de la Universidad Yacambù al evento, en correspondencia a la política social que ellos tienen de entrelazarse con las actividades comunales, sobre todo del Municipio Palavecino, donde funciona su sede principal. Como animador del acto estará el locutor Louis Martínez, hijo de uno de los fundadores de nuestra urbanización.
Alberto Beto Rivero tenía condiciones para ser un pelotero de grandes ligas pero no pago el sacrificio de estar lejos de su familia para brillar en estos escenarios de alta competencia. Su vida al lado de Teresa, su esposa, hijos y nietos es su orgullo. Hoy sus vecinos queremos hacerle un reconocimiento sencillo y merecido, con el propósito de valorar con aprecio su trayectoria de vida y además enviar un mensaje de esperanza a todos los grupos vecinales de Venezuela, en el sentido que busquemos fuerzas dentro de nosotros, somos un país de gente valiosa, somos importantes, vamos a unirnos sobre cualquier diferencia menor y afianzando nuestra fraternidad digamos al unísono: Dios con nosotros.
Jorge Euclides Ramírez
