Ucrania acusó a Rusia este jueves de llevar por la fuerza a miles de civiles de la ciudad portuaria destruida de Mariúpol a su país con el fin de usarlos como “rehenes” para obligar al gobierno ucraniano a rendirse.
Mientras tanto, al comenzar el segundo mes de la invasión, los dos bandos intercambiaron fuertes golpes en lo que se ha convertido en una guerra de desgaste devastadora. La marina ucraniana dijo que hundió a un gran buque de desembarco cerca del puerto de Berdyansk que llevaba vehículos blindados a las fuerzas rusas. Rusia dijo que tomó la ciudad oriental de Izyum después de un combate encarnizado.
En una cumbre de emergencia de la OTAN en Bruselas, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy suplicó a los aliados occidentales que enviaran aviones, tanque, cohetes, sistemas de defensa antiaérea y otras armas, y dijo que su país “defiende nuestros valores comunes”. El presidente estadounidense Joe Biden, que asiste a varias cumbres en Europa, aseguró que va más ayuda en camino.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que los jefes de la alianza acordaron enviar equipos para ayudar a proteger a Ucrania de un ataque con armas químicas. En torno de Kiev y otras zonas los defensores ucranianos parecen haber detenido a las tropas rusas, lo que genera temores de que el presidente ruso Vladimir Putin, frustrado por la situación, recurra a armas químicas, biológicas o nucleares.
El ministerio del Exterior ucraniano dijo que las fuerzas rusas han llevado a 6.000 habitantes de Mariúpol a campamentos en contra de su voluntad. Las tropas rusas han confiscado los documentos de identidad de otras 15.000 personas en un sector de Mariúpol controlado por ellas, dijo el ministerio.
La inteligencia militar ucraniana dijo que trasladan a los civiles a un campamento en territorio controlado por Rusia y de allí a zonas económicamente deprimidas del sur del país, o incluso a la isla de Sajalín en el Pacífico, donde les ofrecen empleos si aceptan permanecer por dos años.
No se pudo verificar las acusaciones de manera independiente. Rusia dice que evacúa a miles de civiles por su propia voluntad.
Fotos y videos después del ataque naval en Berdyansk mostraron llamas y gruesas columnas de humo. la TV rusa informó días atrás que la nave que los ucranianos aseguran haber hundido es la Orsk, el primer buque de guerra que llegó a Berdyansk. El puerto se usaría para llevar pertrechos a las fuerzas rusas, según el informe.
Ucrania dijo que otros dos buques sufrieron daño y un tanque de combustible de 3.000 toneladas resultó destruido con el hundimiento del Orsk, causando un incendio que se extendió a depósitos de municiones cercanos.
En una señal de que las sanciones no la han paralizado, Rusia reabrió su Bolsa de Valores el jueves pero permitió transacciones limitadas, Las restricciones a una serie de acciones, incluidas las de los gigantes de la energía Gasprom y Rosneft, buscaban evitar una repetición de la venta masiva que tuvo lugar el 24 de febrero. Se prohibió a los extranjeros vender acciones y a los corredores vender a corto, una forma de apostar a la caída de los precios. El índice referente MOEX subió 8% al inicio de la rueda.
En Ucrania, Rusia bombardeaba sus objetivos desde lejos, empleando las tácticas que redujeron a escombros ciudades de Siria y Chechenia.
“Vean lo que el ejército ruso ha hecho a nuestro país”, dijo Zelenskyy en su discurso al parlamento sueco. “Un mes de bombardeos parecido a lo que hemos visto en Siria”.
No está totalmente claro cuántos soldados rusos han caído en el intento de lograr los fines de Putin. Rusia no ha dado una cifra actualizada desde el 2 de marzo, cuando reconoció que tenía casi 500 soldados muertos y 1.600 heridos. La OTAN calcula que han muerto entre 7.000 y 15.000 soldados rusos. La cifra mayor equivale a las bajas rusas en un año en Afganistán.
Ucrania dice haber matado a seis generales rusos, pero Rusia solo reconoce uno.
Ucrania ha brindado escasa información sobre sus bajas militares, y Occidente no ha dado a conocer su cálculo. Zelenskyy dijo hace casi dos semanas que habían muerto unos 1.300 soldados ucranianos.
Ante el fracaso de su intento de derribar rápidamente al gobierno ucraniano en el primer mes, se teme que el Kremlin recurra a armas más destructivas de su arsenal.
“La Federación Rusa es capaz de destruir físicamente a cualquier agresor o a cualquier grupo de agresores en cuestión de minutos y a cualquier distancia”, dijo Dmitry Rogozin, director de la corporación aeroespacial estatal, Roscosmos, en declaraciones televisadas. Hizo notar que el arsenal nuclear de Moscú incluye armas tácticas diseñadas para su uso en el campo de batalla, así como misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares, mucho más poderosos. Roscosmos es la agencia encargada de supervisar las instalaciones de construcción de misiles.
Las autoridades estadounidenses han advertido desde hace tiempo que la doctrina militar rusa contempla una opción de “escalar para desescalar” mediante el uso de armas nucleares en el campo de batalla, con el fin de obligar al enemigo a retroceder en una situación en que las fuerzas rusas enfrenten una inminente derrota. Moscú ha negado tener ese plan.
Rogozin es conocido por sus fanfarronadas, y no dejó en claro qué tipo de acciones de Occidente podrían ser percibidas como intromisión, pero sus comentarios casi con toda certeza reflejan la manera de pensar del Kremlin. Putin le ha advertido a las naciones de Occidente que cualquier intento por establecer una zona de restricción aérea sobre Ucrania las involucraría en un conflicto con Rusia. Los países occidentales han dicho que no tomarían esa medida para proteger a Ucrania.
Al iniciar su viaje a Europa para hablar con aliados clave sobre nuevas sanciones contra Moscú y ayuda militar a Ucrania, advirtió de que hay una “amenaza real” de que Rusia emplee armas químicas.