Dedicado a los que se las acabó la tinta, la paciencia para leer, y el papel (sanitario)…
“Si la envidia fuese tinta (tiña) todo el mundo se tiñera”
Anónimo
“La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria”
Proverbio Chino
“Será mi sangre una tinta como pocas
y mi piel será el papel que guardará mi memoria”
Anónimo
∙ El Rotativo
En la prensa leo…Los sordomudos son personas normales solo carecen de audición. En una lógica mordaz pensé, entonces los gobernantes son personas normales solo carecen de vergüenza y honradez. Deducimos bajo esa óptica que en el gobierno son normales después de todo poco es más normal (en la cuna del póngame donde hay) que desesperar al pueblo, agredir haciendas, acechar reporteros, pervertir instituciones, apoyar el narcotráfico y las guerras, blanquear capital, asaltar la cuota salarial, confinar a los disconformes y aupar el insólito universo.
Lo insólito en las normas de lo normal, (valga la tautología), es la a-normalidad general. Luego se ojea uno. Cierro el pliego. Miro en el espejo, movimientos borrosos. Pienso que no hay remedio para el desaguisado. Atascas el pliego de razonar deseando compaginar la parte disimulada con la que no lo es, ¿y por qué no? Podría ir al nudo central y dar un paneo, sin perder de vista la imperfección central. El cigüeñal del mal y lo difuso, esa masa oscura del proceso. Se debe a su ecosistema social. Un tambaleo con la escala natural y con la gente en escalada.
Lo mío es lo natural. Un seguidor que razona con sus cutículas y falsas costillas. Así vea el surco admirable, es la grieta entre meditación y absurdo la que trasplantan al dramático escurridero del desarreglo. En aquellos viajes, ideo la fantasía. Recuerdo un país de locha y bolo, de patinetas navideñas en misa de gallo, de carnaval con negritas, de semanas santas poco santas, y todo eso entre gallos y medianoche evaporándose ante el caldero del asombro…
∙ El Tintero y la Tinta
Entran los civiles caídos de guerra, enorme como la necesidad. Un brío quebrado que no resiste consuelo. Agoto la filosofía del sosiego ¿Cuánto solaz para el desánimo? Da para escribir o leer, pero no provee para nebulizar el duelo. Un siglo sin pareja, pone raro, te pone pesado, tan piche como desgobierno tirano. La mano intervino para igualar el desfogue, pero las palmas no reemplazan la disputa con la Venus de Milo. Enamorar, no se da lejos. El sobresalto de amar es aquella detención en profundidades imposibles. Si sobresaltas precipitas al desfiladero, y si no amedrentas la fragua siempre te empuja.
Callo lo propio en el entendido del bien. Pensar puede ser costoso. Nadie soporta quejas pero no dejan de hacerse. Algo demuestra no darme cuenta de nada ni siquiera de mí mismo. Las cartas están echadas, y llevan naipe sin ases. Es un derecho desprenderse del encarte como medio para la contienda. Sobrevivir siempre se nos va adelante.
Como suele pasar vivir se sale con la suya. Decido habitar el sitio. Usar mitones. Mandar Jabs. Defender espacios sin dueño. Dar pelea al costo necesario. Igual procuraré sin reducto. Siento la intemperie. No sé cómo dar resguardo conveniente. Por desgracia, se ha desecado la tinta, y el tintero, no habrá donde conseguirlo…
MFC