El uso de la mascarilla dejó de ser obligatorio el lunes en todos los niveles de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la caída de los contagios de COVID-19 y el avance del plan de vacunación.
El descenso de 65% en los nuevos casos diarios respecto del 21 de febrero, cuando las clases comenzaron en muchos centros educativos de la capital, llevó a las autoridades a tomar la decisión de que los tapabocas sean opcionales en las escuelas con el propósito de que mejoren los vínculos entre los alumnos y de éstos con sus docentes.
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También influyó en la decisión el avance del plan de vacunación. Actualmente, el 95% de los habitantes de la ciudad cuenta con al menos una dosis de alguna vacuna, el 92% se aplicó la segunda dosis y el 65% se administró la dosis de refuerzo.
La flexibilización del uso del tapaboocas se aplica por ahora a los estudiantes mientras que se contemplará la misma medida de forma progresiva para el personal docente.
El tapabocas no era obligatorio para los niños de preescolar y del primer ciclo del nivel primario (de primero a tercer grado, inclusive), con el fin de favorecer el aprendizaje en una etapa clave de la comprensión lectora. Hasta la implementación de este último cambio debían usarlo dentro del aula todos los estudiantes de cuarto grado de primaria en adelante.
En la mayor parte del país el tapabocas continua siendo obligatorio tanto en primaria como secundaria. El Ministerio de Salud da vía libre a cada jurisdicción educativa para que tome las decisiones que considere más apropiadas al respecto.
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Los contagios han disminuido en Argentina desde fines de enero luego de que el país sudamericano sufrió una tercera ola durante un par de meses causada por la variante ómicron.
En Argentina más de nueve millones de personas se han contagiado y más de 127.400 han fallecido desde que el nuevo coronavirus impactó en marzo de 2020. Unas 40,5 millones han recibido una dosis de alguna vacuna y 36,8 millones dos dosis de una población de unos 45 millones de habitantes. Los inmunizados con vacunas adicionales o de refuerzo son más de 18 millones.