El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo el domingo de madrugada que el asedio a la ciudad portuaria de Mariúpol pasará a la historia por lo que describió como crímenes de guerra cometidos por tropas rusas.
“Hacer esto a una ciudad pacífica, lo que han hecho los ocupantes, es un acto de terror que será recordado por siglos”, dijo Zelenski en su discurso nocturno dirigido a su nación.
Las fuerzas rusas se han adentrado en la maltrecha ciudad cercada, donde los intensos bombardeos dejaron fuera de servicio una gran planta de acero y las autoridades locales pedían más ayuda occidental.
Zelenski dijo a los ucranianos que las actuales negociaciones con Rusia “no son sencillas ni agradables, pero sí necesarias”. Señaló haber discutido el sábado el curso de las conversaciones con el presidente francés Emmanuel Macron.
En la capital, Kiev, al menos 20 bebés nacidos de madres sustitutas esperaban en un refugio improvisado a que sus padres extranjeros pudieran viajar al país devastado por la guerra y los llevasen a casa. Los pequeños, algunos de apenas unos días de vida, eran atendidos por enfermeras que no podían salir del refugio por el bombardeo constante de las fuerzas rusas que tratan de rodear la ciudad.
La caída de Mariúpol, que es el escenario de algunos de los peores momentos de sufrimiento de la guerra, supondría un gran avance en el campo de batalla por parte de las fuerzas rusas, que se encuentran en gran medida estancadas en los límites de ciudades importantes luego de más de tres semanas del inicio de la mayor invasión territorial en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
“Están muriendo niños y ancianos. La ciudad está destruida y ha sido borrada de la faz de la Tierra”, lamentó Michail Vershnin, un policía de Mariúpol, desde una calle cubierta con escombros en un vídeo dirigido a los líderes de Occidente que fue autentificado por The Associated Press.