Tres objetivos fundamentales tendría la negociación de Estados Unidos con Venezuela en materia petrolera, en el corto, mediano y largo plazo, de acuerdo con el criterio sustentado por el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, a través de su cuenta oficial en la red de Twitter.
- corto plazo: desvío de petróleo del mercado negro al mercado occidental.
- mediano plazo: aumentó de producción foco en el sector privado
- LP: evitar desoccidentalización de la mina de petróleo más grande del mundo.
Considera que todo acercamiento y negociación debe ser visto como una oportunidad. Pero estima además, que en medio de la guerra en Ucrania, la posibilidad de que Venezuela genere y/o reoriente producción hacia occidente ayuda a USA y Europa y reduce la influencia de Rusia en Venezuela. Es una acción racional.
Así mismo estima que por primera vez los intereses de negociar de Biden (para buscar petróleo a corto y mediano plazo) y de Maduro (para evitar los impactos secundarios de las sanciones rusas sobre su producción, exportación y manejo financiero) se alinean, aunque se alborote el avispero.
Sobre las expectativas en torno a la devolución del Sambil, advierte que los cambios en Venezuela son evidentes. No se trata sólo de esta buena noticia, sino de un conjunto de acciones (liberación de cambio y de precios, de subutilización de la relación con el sector privado, discusión petrolera). No hubo un cambio de gobierno, pero sí hubo uno dentro del gobierno.
Sobre el tiempo que pudiera durar la estabilización del bolívar, señala que es una estabilización artificial por oferta de divisas en efectivo y recorte del crédito que evita presión devaluacionista. Usualmente sería inestable, pero el incremento de ingresos petroleros le da al régimen margen para seguir colocando oferta que puede estabilizar el tiempo.
Sobre la deuda venezolana, afirma que es difícil imaginar que se planteará una solución al pago de deuda externa a corto y mediano plazo.
Afirman que no creen que más allá de declaraciones generales, se vea una propuesta real de solución aceptable en breve.
Acerca de la factibilidad de que Venezuela le venda petróleo a Estados Unidos, explica que es obvio que en medio de un disparo brutal en el precio de la gasolina a USA le conviene comprar petróleo venezolano. Y en medio de una sanción a Rusia que inundara el mercado negro de petróleo, a Venezuela le conviene acceder los mercados tradicionales. Es un ganar ganar.
Sobre la alternativa de un intercambio petrolero Venezuela-EEUU, el especialista señala que ojalá que los gobiernos de Biden y Maduro no se dejen manipular por los grupos radicales que, con intereses electorales regionales o con deseo de preservación de privilegios personeros, construyen una idea absolutamente falsa e irracional de los efectos de la negociación.
Precisó que por lo pronto, las partes tienen un interés de resolver los temas petroleros que a ambos les conviene. Concretarlo siempre será difícil, especialmente porque los intereses en contra son más potentes mediáticamente que la racionalidad.
Acerca de si las sanciones afectan al pueblo venezolano, señaló que no es su objetivo obviamente. Agregando que cuando son efectivas a corto plazo, podrían valer la pena. Pero cuando se desgastan en el tiempo sin obtener resultados, como en el caso venezolano, su efecto es exactamente contrario y afecta dramáticamente a quienes se suponen proteger.
En torno a las expectativas del nuevo diálogo en México, señala que los procesos de negociación son siempre complejos e inestables. Afirmando que no hay duda que la única forma de avanzar y evitar que la población venezolana aumente sus problemas y sufrimientos es negociando entre las partes que tienen algo que intercambiar.
Sobre el tema político destaca que los liderazgos están muy debilitados y las propuestas desgastadas, pero eso es lo que ubica a la oposición en su peor momento histórico, también es una oportunidad de cambio que vendrá por acciones racionales de sus líderes clásicos o por sustitución de los mismos.
