China ordenó este viernes el confinamiento en Changchun, una ciudad de nueve millones de habitantes en el noreste del país, debido a un repunte en los contagios de COVID-19 en la zona.
Los residentes deben quedarse en sus casas y someterse a tres rondas de pruebas masivas de detección del coronavirus, mientras que los negocios no esenciales cerraron sus puertas y el transporte quedó suspendido.
China reportó otros 397 casos de transmisión local en todo el país el viernes, incluyendo 98 en la provincia de Jilin, donde está Changchun.
En la ciudad se han detectado apenas dos casos, aunque las autoridades se han comprometido repetidamente a aislar cualquier comunidad con uno o más positivos en virtud de su política de “tolerancia cero” frente a la pandemia.
Otros 93 contagios se registraron en la ciudad cercana de Jilin, del mismo nombre que la región. Las autoridades ya habían ordenado el aislamiento parcial de la urbe y cortaron las conexiones con otras.