El «Himno a la Alegría«, una adaptación musical hecha por el propio Beethoven al poema de Friedrich Schiller «Oda a la alegría» (1786), sonó en la plaza del Maidán, en Kyiv, capital de Ucrania, en medio de los fuertes ataques rusos que no han cesado desde el pasado 24 de febrero cuando inició la operación militar ordenada por Vladímir Putin.
Un puñado de músicos, presuntamente pertenecientes a la Orquesta Clásica de la ciudad, se reunió frente a la mencionada plaza y, siguiendo la batuta de su director, ejecutaron tropetas, violines, clarinetes, oboes, flautas, redoblantes, bombos y demás instrumentos para que los presentes escucharan las notas del Himno a la Alegría, una melodía que llama a la fraternidad entre los seres humanos.
La música se ha hecho sentir, de diferentes formas, en momentos de intensas crisis, como pasó recientemente en el año 2020 durante los primeros meses de la pandemia por la COVID-19. Numerosos músicos en todo el mundo, sobre todo el Europa, tocaron sus instrumentos y cantaron desde sus balcones para apaciguar la tensión por el confinamiento.
Ahora, en pleno bombardeo por parte de Rusia a varias ciudades de Ucrania, donde han muerto miles de civiles, estos músicos se atreven a desafiar el peligro latente para hacer valer el arte que representan, desde un poema, hecho música, con espíritu conciliador, que tanto falta en este tiempo de crisis bélica en su país.
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