El alto peligro para la humanidad como consecuencia de la injustificada invasión de Rusia a Ucrania, la reacción de los países integrantes de la Organización del Atlántico Norte –OTAN- y del resto de las Europas, así como cuanto sucede en esta parte del mundo, mantienen una enorme expectativa con relación a lo que puede suceder. La guerra de Putin no ha terminado. Está en pleno desarrollo. Aunque pueda ganarla militarmente, que no es seguro, él como uno de los más importantes líderes mundiales ha perdido mucho. Demasiado. Debe tener mucho cuidado con las consecuencias que pueden estarse generando en el interior de su propio país. Pudieran ser contrarias a su permanencia en el poder como ya lo empiezan a manifestar miles de ciudadanos rusos dentro del país y en muchas ciudades del mundo.
Putin no volverá a ser el mismo de antes. Jamás, si es que permanece, volverá a tener el poder que ya ha tenido. Ni siquiera la aceptación y respeto necesarios para gobernar en la misma fuerza armada de la cual está abusando. Tampoco en sectores claves de la economía y las altas finanzas. Gracias a él están en situación dramática para subsistir. Las medidas adoptadas en estos campos son demasiado importantes para ignorarlas.
Uno de los problemas más graves es que para mantener el poder apelará a medidas extremas dentro de Rusia. La represión, la violencia física e institucional, el acoso de los medios de comunicación libres y a periodistas críticos de la invasión estarán a la orden del día. Ya hay claras acciones en esa dirección. Nada nuevo. Es lo clásico en la conducta de los regímenes con esquemas totalitarios.
Pudiera agotar muchas cuartillas con este tema, pero abundan los análisis y comentarios. Sin embargo, el tema Venezuela es de suma importancia. La descarada sumisión de Nicolás Maduro a Putin, la oferta de apoyo incondicional en todos los aspectos incluso superior a las posiciones de Cuba y Nicaragua produce nuestro rechazo total. Nuestro país se convierte en una pieza fundamental para los objetivos de Putin en esta parte del mundo relativos a Latinoamérica y, especialmente con Estados Unidos. Pocos compatriotas se han detenido a analizar las palabras del Presidente Biden en el reciente mensaje al Congreso de su país sobre el estado de la Unión. Entre otras cosas ratifico a Venezuela como peligro importante para la paz y la seguridad de Estados Unidos. Coincidencia plena de Republicanos y Demócratas en este aspecto. No es difícil prever las consecuencia que esto puede tener llegado el caso.
El poder usurpado por Maduro y su combo debe terminar. Mientras la tiranía exista, la Refundación necesaria será muy difícil. El camino constituyente es una alternativa al alcance de todos. Invito a discutir el tema.
Oswaldo Álvarez Paz
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