El conflicto entre Rusia y Ucrania le generará mayores ingresos petroleros a Venezuela, debido al alza de los precios del crudo. Una flexibilización de las sanciones sumaría recursos, pero al parecer no serán suficientes para equilibrar las finanzas públicas venezolanas
Un incremento de los ingresos petroleros registrará Venezuela en 2022 con el alza de los precios del crudo en el mercado internacional, impactado por el conflicto entre Rusia y Ucrania. A esto se podrían sumar recursos en caso de una flexibilización de las sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos a Pdvsa. Analistas consideran que esta recaudación será aún insuficiente para solventar las finanzas públicas del país, pero contribuirá a la mejora de la economía nacional.
La consultora Ecoanalítica había calculado que Venezuela puede percibir 22.000 millones de dólares por exportaciones petroleras en 2022, debido al aumento de los precios y si mantenía el promedio de producción sobre los 650.000 barriles diarios. Advierte que la cifra puede aumentar si se concreta que Pdvsa pueda vender en el mercado norteamericano para suplir parte de la carga que dejó de enviar Rusia.
Esto lo sabe muy bien la administración de Nicolás Maduro, por lo que continúa exigiendo al gobierno de Joe Biden la eliminación de las sanciones petroleras y financieras. Y es por ello también que aceptó reunirse con los funcionarios norteamericanos que estuvieron en el país el 5 y 6 de marzo.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó el lunes 7 que se realizó la reunión en Caracas con una delegación oficial. CNN y Reuters había identificado a los visitantes como el director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, Juan González, quien la encabezó, y el enviado presidencial especial de EEUU para asuntos relacionados con rehenes, Roger Carstens. También asistió el embajador norteamericano James Story, quien despacha desde Bogotá.
La agencia Reuters publicó que el gobierno de Biden habría exigido a Venezuela suministrar al menos una parte de las exportaciones de crudo como parte de cualquier acuerdo para aliviar las sanciones comerciales de petróleo.
Jen Psaki informó que «el propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética».
Impacto fiscal positivo
A juicio de José Manuel Puente, economista y profesor del IESA (Instituto de Estudios Superiores de Administración), la escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania impulsa los precios del principal producto de exportación venezolano, por lo que si duda tendrá un impacto positivo sobre los ingresos fiscales venezolanos.
El petróleo ha escalado sobre los 126 dólares el barril, un precio que no se observaba desde 2008. Analistas del mercado estiman que alcanzará los 300 dólares, tras la prohibición de EEUU a las importaciones rusas de petróleo y carbón.
No obstante, existe otra cara de la moneda. Puente recordó que Rusia es un productor de múltiples rubros básicos: 6% del aluminio que se consume en el mundo lo produce este país, 7% de níquel, 12% de petróleo, 18% del trigo, 19% del gas natural y 25% del cobre. Además, Venezuela importa de esta nación 80% de los fertilizantes que requiere la agroindustria.
«En este sentido, Venezuela va a sentir un impacto negativo por los costos de maíz, del trigo y de los fertilizantes. Lo positivo será mayor por los ingresos petroleros que se esperan para este año», acotó Puente.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, señaló que los recursos que se esperan para este año, representarán más del doble con respecto a 2020. «Con el impacto de nuevos acuerdos que se puedan concretar con EEUU y si hay un ligero incremento de 200.000 barriles diarios, esto generará un importante flujo adicional», dijo en una entrevista en la emisora Unión Radio.
Prevé que la economía puede crecer cerca de 6%, pero todo dependerá de lo que se acuerde con EEUU, si llega a concretarse esta cifra estará entre 8% y 10%. «Esto no significa que se recupera el 80% de caída que tuvo el país, pero destaco el cambio cualitativo más que cuantitativo e independientemente de que su impacto sea muy limitado en una recuperación. Va a pasar mucho tiempo para que la mayoría de la población perciba una mejora».
Puente resaltó que Venezuela tiene aún importantes necesidades de financiamiento y los ingresos corrientes que tiene el país son insuficientes, incluso para cubrir el reciente aumento salarial. «Ahora hay que cruzar los dedos para que los precios del petróleo sigan subiendo y ayuden a equilibrar las cuentas o para que otros productos no tradicionales de exportación también contribuyan a estabilizarlas. Recordemos que ese desequilibrio en las cuentas fiscales fueron el origen de la hiperinflación».
Oliveros indicó que el país puede obtener ingresos en divisas desde otros recursos no tradicionales. «Si a lo que se espera por ingresos petroleros, se le suma todo lo que ingresa por oro, chatarra, minería de criptomonedas, el gobierno puede estar cerca de los 26.000 millones de dólares este año. Habrá un impacto importante de ingresos».
Para Puente, todos los rubros nuevos de exportación ayudan a incrementar los ingresos del país, pero que aún son relativamente pequeños comparados con los que producían el petróleo en el pasado. «Venezuela podía generar, en un año bueno, 80.000 millones de dólares en ingresos brutos por exportaciones de crudo. Ese es parte del drama«.
Para este año, también se esperan más recursos por recaudación interna dada por el precio de la gasolina y por el impuesto a las grandes transacciones financieras que pechan varias operaciones con divisas.
El factor confianza
Otra variable que preocupa a los venezolanos es la capacidad gerencial que tenga la administración de Maduro para manejar un alza de los recursos en divisas. José Manuel Puente respondió que este es un nuevo shock petrolero que da una buena oportunidad de generar crecimiento, bienestar y equidad en la sociedad venezolana.
«Pero recordemos que el gobierno vivió el boom petrolero más grande de la historia entre 2004 y 2014. En los últimos 22 años a Venezuela le ingresó más de un billón de dólares por exportaciones petroleras y después de este mal manejo de los recursos y clientelismo, entre otros, el país terminó con la peor crisis de su historia y la peor que ha vivido cualquier economía en el mundo en los últimos 40 años», dijo.
Agregó el profesor del IESA que Venezuela tuvo siete años de recesión y tres de hiperinflación a pesar de haber recibido importantes ingresos. «Los venezolanos tienen todo el derecho a pensar mal del manejo económico del gobierno, porque ya demostró que no supo manejarlo. Estos recursos hubieran sido la gran oportunidad de convertir al país en la segunda Dubai del mundo, pero la convirtió en la segunda Haití de América Latina».
Oliveros indicó, además, que el sector petrolero venezolano necesita grandes inversiones para incrementar la producción y, para ello, es necesario tanto la flexibilización de las sanciones como reformas legales para generar confianza entre los inversionistas. «Esta industria está desmantelada y sufrió la misma crisis económica venezolana, la cual perdió el 80% de su economía en unos seis años. El subsidio de la gasolina tiene que desaparecer, es una distorsión brutal que haya dos precios porque genera corrupción y arbitraje».
Recordó que las sanciones no impiden a Pdvsa vender petróleo, solo que lo hace a través de mecanismos poco transparentes y con descuentos muy altos. En caso de una flexibilización de las sanciones, ese descuento desaparecerá. «Maduro perdió el mercado americano y se centró en el asiático, pero es alto el costo transaccional y financiero de colocar el crudo en este mercado».
Sostuvo el director de Ecoanalítica que la administración de Maduro ha dado algunos giros en sus políticas económicas, pero que es necesario una reforma a la Ley de Hidrocarburos ya que sería un punto de partida para reforzar ese elemento de confianza. «Una flexibilización de las sanciones petroleras sería un primer paso para que vuelva la confianza en invertir en el área en Venezuela. Esto permitiría a importantes operadores, en el marco de modificaciones legales, volver al país».
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