En el centro de Carora no se puede caminar sobre las aceras por obstrucción de buhoneros, y los vehículos tampoco tienen una movilidad fluida porque los informales tomaron el canal de circulación lenta para instalarse en la avenida 14 de Febrero y avenida Francisco de Miranda.
La situación se ha prolongado por más de un año e inició durante la anterior gestión del exalcalde Edgar Carrasco y continúa a la fecha en detrimento de la población torrense.
En virtud del caso, el ingeniero industrial Fernando Alejos, presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Carora, Acic, fija posición en el sentido de hacer un llamado a las autoridades que le competa a fin de que hagan propicio que estas personas de la economía informal pasen a formar parte de la economía formal.
Dijo que para ello es necesario el apoyo del Seniat respecto a la no obligatoriedad inmediata del uso de la máquina fiscal, que el registro de comercio no sea tan costoso, como está hoy día, y por parte del municipio le otorgue un tiempo flexible para el pago de impuestos y también es importante un financiamiento para un primer arranque de sus actividades.
Estima que a medida que estos vendedores por cuenta propia se vayan incorporando a la economía formal gana la nación porque van a pagar impuestos y ellos se favorecen porque se legalizan.
Alcaldía se reúne con los informales de Carora
Este sábado se reunieron en las instalaciones de la alcaldía de Torres vendedores informales con representantes del Instituto de los Servicios Públicos de Torres, Isoseptor.
Iniciativa que incorpora también al director de gobierno de la alcaldía de Torres, abogado Jesús Guillermo Gómez; la Dirección de Desarrollo Urbano, Dirección General de Desarrollo Territorial y el Instituto Municipal de Vialidad y Transporte del municipio Torres, Imvitrat.
El fin de este encuentro fue la firma de un convenio entre las partes para la reubicación de sus puestos en medio de la sana convivencia.
Cabe destacar la negativa manifestada de dejar la calle por parte de estos vendedores informales, lo que mantiene hoy anarquizada a Carora.