Dirigiéndose a un Estados Unidos consternado y a un mundo intranquilo, el presidente Joe Biden anunció el martes que Estados Unidos vetará de su espacio aéreo a todos los vuelos rusos en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania. Agregó que Estados Unidos está trabajando para confiscar yates y apartamentos de oligarcas rusos.
Al pronunciar su primer discurso del Estado de la Unión, advirtió que seguirá de cerca las agresiones de Rusia en Ucrania, pondrá bajo control una inflación desbordada en la Unión Americana y lidiará con una pandemia del coronavirus menguante, pero aún peligrosa.
Biden declaró que, sin importar sus diferencias políticas, él y todos los miembros del Congreso estaban unidos «con una infranqueable determinación de que la libertad siempre triunfará por encima de la tiranía». Pidió a los legisladores presentes en la Cámara de Representantes que se pusieran de pie y le aplaudieran a los ucranianos. Así lo hicieron.
Fue un notable despliegue de unidad después de un largo año de divisiones entre la coalición demócrata de Biden y la oposición republicana.
Los 62 minutos del discurso de Biden, los cuales se dividieron entre la atención al conflicto armado en el extranjero y las preocupaciones en casa, fueron reflejo del mismo acto de equilibrismo que enfrenta en su presidencia. Debe estar al frente de la respuesta aliada a la agresión rusa mientras en el frente interno atiende la inflación, la fatiga que ha dejado la pandemia de COVID-19 y un fuerte descenso en sus índices de popularidad en pleno año de elecciones intermedias.
Biden resaltó la valentía de los defensores ucranianos y el compromiso de una revitalizada alianza de Occidente que ha tomado medidas para reabastecer de armas al ejército ucraniano y paralizar a la economía rusa por medio de sanciones. Advirtió que la economía estadounidense también pagaría un costo, pero aseguró con firmeza que, si Putin no enfrentara consecuencias, las agresiones del presidente ruso no se limitarían a Ucrania.
“A lo largo de nuestra historia hemos aprendido esta lección: Cuando los dictadores no pagan el precio por su agresión, provocan más caos”, declaró Biden. “Siguen avanzando y los costos y amenazas para Estados Unidos y para el mundo continúan aumentando”.
Mientras Biden pronunciaba su discurso, las tropas rusas intensificaban su ofensiva en Ucrania, luego de haber bombardeado la plaza principal de la segunda ciudad más grande del país y la torre central de televisión en Kiev, dejando al menos cinco muertos. El monumento al Holocausto Babi Yar también sufrió daños.
Biden dijo que Estados Unidos se sumaría a Canadá y a la Unión Europea en la prohibición de aeronaves rusas en su espacio aéreo, en represalia por la invasión a Ucrania. También informó que el Departamento de Justicia creará un grupo de trabajo que vaya tras los delitos cometidos por oligarcas rusos, a quienes se refirió como “líderes corruptos que han facturado miles de millones de dólares de este régimen corrupto”.
“Vamos por sus ganancias mal habidas”, aseguró, prometiendo que Estados Unidos y sus aliados europeos irán por sus yates, apartamentos de lujo y aviones privados.
“Putin podrá rodear con tanques a Kiev, pero nunca conquistará el corazón y el alma del pueblo ucraniano”, aseguró Biden. “Nunca apagará su amor por la libertad. Nunca debilitará la determinación del mundo libre”.
Incluso antes de que la invasión rusa disparara los costos de los combustibles, ya habían aumentado los precios que pagan las familias estadounidenses. Además, la pandemia de COVID-19 continúa perjudicando a la población y a la economía de Estados Unidos.
Biden detalló sus planes para atender la inflación al reinvertir en la capacidad de manufactura estadounidense, acelerar las cadenas de suministro y reducir el peso financiero que deben cargar los trabajadores en cuanto a cuidados infantiles y geriátricos.
“Hay demasiadas familias que tienen problemas para pagar las cuentas”, comentó Biden. “La inflación les está quitando las ganancias que tendrían de otra forma. Lo entiendo. Es por eso que mi máxima prioridad es tener los precios bajo control”.
Biden entró al pleno de la cámara baja sin portar mascarilla, un reflejo del declive en el número de infecciones de coronavirus y de los nuevos lineamientos federales, cuyos objetivos son llevar a la población de regreso a la normalidad. No obstante, el edificio del Capitolio estaba rodeado por un cercado nuevo luego de las preocupaciones de seguridad que surgieron tras la revuelta mortífera del año pasado.
La Casa Blanca había concebido el discurso del martes como una oportunidad para resaltar el panorama favorable en cuanto al coronavirus se refiere, relanzar las políticas nacionales de Biden y presentar un plan para reducir los costos para las familias que lidian con una inflación desbordada, pero el evento tomó un significado nuevo tras la invasión rusa a Ucrania de la semana pasada y las amenazas nucleares de Putin.
Como de costumbre, un secretario del Gabinete, en este caso la secretaria de Comercio Gina Raimondo, permaneció en una ubicación secreta durante el discurso, lista para asumir las riendas del gobierno en caso de una catástrofe.