MARÍA TERESA DE ÁVILA.
Se llamaba Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, aunque generalmente usó el nombre de Teresa de Ahumada hasta que comenzó la reforma, cambiando entonces su nombre por Teresa de Jesús. Fue llamada así por su abuela, Teresa de las Cuevas, aunque en aquel entonces no había ninguna santa con ese nombre.
Santa Teresa de Jesús (Gotarrendura o Ávila, 28 de marzo de 1515 -Alba de Tormes, 4/15 de octubre de 1582) fue una monja, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzas —rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, mística y escritora española. También es conocida como Santa Teresa de Ávila. Su nombre secular fue Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada. Fue beatificada en 1614 (a poco más de treinta años de su muerte), canonizada en 1622 y proclamada doctora de la Iglesia católica en 1970 durante el pontificado de Pablo VI.
Junto con San Juan de la Cruz, se la considera la cumbre de la mística experimental cristiana y una de las grandes maestras de la vida espiritual de iglesia.
Fuente: Wikipedia.
Es tiempo de que los políticos del mundo y, muy especialmente, algunos políticos venezolanos asuman la “DETERMINADA DETERMINACIÓN” de ser coherentes entre lo que pregonan y su actuación.
Creo firmemente que, todavía existen muchos de ellos (los políticos), a quienes le quedan arraigados los principios y valores aprendidos, en el seno del hogar. Principios y valores tradicionales y nacional e internacionalmente aceptados, sin ambigüedades o manipulaciones, haciéndolos características esenciales en los venezolanos honestos y que fueron transmitidos de generación en generación, allá, en el comedor de sus casas, en las tertulias que se generan como aperitivo en las comidas compartidas con la familia y después de ingerir los alimentos, en el momento del postre y del cafecito.
La defensa de la libertad y la democracia han sido rasgos intrínsecos de los ciudadanos paridos por esta “Tierra de Gracia” que llamamos Venezuela; herencia indeclinable transmitida genéticamente, en la sangre que nos legaron nuestros padres, los libertadores del mundo que, con su sangre, regaron generaciones para que el espíritu de la libertad se fortaleciera indestructiblemente.
Ahora, cuando el globo terráqueo convulsiona con la amenaza que se cierne contra todos los seres vivos, es propicio tomar la “DETERMINADA DETERMINACIÓN,” de actuar con prudencia, sensatez, lógica, razón, valentía, honestidad, ética, moral y con la fe necesaria para que…
Dios, Padre Todopoderoso, se apiade del mundo.
Pero, no todo lo debemos dejar a Dios, hemos sido nosotros con nuestro propio albedrio quienes hemos puesto en peligro no sólo a la humanidad, sino a todos los seres vivos en el planeta Tierra.
Hemos creído a falsos líderes que han pregonado dogmas para esclavizar a los pueblos en nombre de los pobres; se ha entronizado a asesinos de jóvenes casi niños, que cuando pagaban el llamado Servicio Militar eran enviados a las montañas a perseguir a mercenarios pagados y apertrechados por otros países cuyos gobernantes querían establecer sus dominios en esta patria de libertad.
Es obligatorio tomar la “DETERMINADA DETERMINACIÓN,” de apoyar el “Estamento Legal” que rige y regula el orden mundial, para que prevalezca la igualdad, la armonía y la paz entre las naciones pequeñas y las grandes potencias.
¡AMA A TU PRÓJIMO… COMO A TI MISMO!
“SÓLO EL AMOR SANA LAS HERIDAS DEL ESPÍRITU.”
Ese es el llamado. Existen personas que dirigen el destino de algunas naciones escudándose en sistemas políticos fracasados y desfasados en todas las regiones donde se han pretendido imponer, y con quienes es prácticamente imposible establecer un dialogo, pero éste, el dialogo, ha sido el final de las más férreas y oprobiosas conflagraciones.
La dignidad ciudadana debe ser enarbolada sin declinación alguna, y las naciones libres deben acudir a la fortaleza de los “TRATADOS INTERNACIONALES” ejecutando lo que en ellos quedó expreso. El Derecho Internacional tiene que hacerse sentir y establecer las sanciones pertinentes a quien resulte culpable.
“En la aplicación de la Justicia está el camino de la paz.”
Y para qué, sólo después de un demostrado arrepentimiento, propósito de enmienda y…
cumplimiento de la penitencia…
¡Exista el perdón!”
Maximiliano Pérez Apóstol