La guerra es probablemente la mayor de las atrocidades que puede experimentar el ser humano. En ellas se enfrentan pueblos contra pueblos de las peores formas posibles, se pierden infinidad de vidas, se rompen familias, se pierden hogares y solo queda pobreza. Utilizar los métodos pacíficos para resolución de conflictos es lo ideal y en ello debemos enfocarnos para zanjar nuestras diferencias. Imponer una visión de mundo y rechazar las creencias y derechos del otro, solo deja dolor. Cada vez que ocurre una guerra la humanidad pierde porque son los inocentes quienes más sufren. Hablar siempre será la mejor solución.
La mayoría de los seres humanos rechazamos la violencia y las injusticias. Nuestras metas y sueños, aunque distintos unos de otros, incluyen poder vivir en paz, con oportunidades para poder desarrollarnos y estar rodeados de nuestros seres queridos. Nos han hecho creer que tenemos más diferencias que similitudes, pero los pueblos y culturas no se odian entre sí como si fuera un fenómeno natural inevitable. Por el contrario, podemos nutrirnos unas de otras con el intercambio cultural, porque en la diversidad nos hacemos más fuertes.
Debemos recordar en todo momento que todas las personas tenemos derechos humanos que son nuestros sin importar nuestras diferencias. Los tiranos quieren que ignoremos esta verdad para así evitar que exijamos una mejor sociedad y no les hagamos frente. Tener calidad de vida, gozar de oportunidades y progresar socialmente son elementos básicos para una existencia justa.
Así, las personas estamos dispuestas a trabajar incansablemente para lograr un mundo mejor, donde todos podamos vivir bien. Desde nuestros campos de acción y comunidades podemos esforzarnos para dejar una sociedad más justa, no solo para nosotros, sino también para las generaciones futuras. Aunque no lo parezca cada pequeña acción cuenta. El momento de actuar es ahora. La justicia siempre se hace presente y construir un mundo mejor es posible, pero solo podremos lograrlo ignorando nuestras diferencias y haciendo énfasis en nuestras semejanzas.
Stalin González