El jueves 24 de febrero, Rusia inició una invasión amplia en Ucrania, hecho que desencadenó un conflicto armado que se ha extendido por casi 4 días y que ha dejado hasta este sábado el saldo de 198 personas muertas y más de 1.000 heridos.
El hecho ha contado con el repudio mundial y condenas internacionales a Vladimir Putin, presidente de Rusia, a quien se responsabiliza de desatar la guerra terrestre más grande que ha visto Europa en décadas.
Pero este conflicto tiene su origen desde la conformación de 15 repúblicas, tras la disolución de la Unión Soviética, entre ellas Ucrania, que en parte de su territorio contaba con población afín a los ideales de occidente y buscaban un acercamiento al resto de Europa, mientras que otra parte de la ciudadanía mantenía fuertes lazos con Rusia.
Según información reseñada en la agencia informativa AP, el punto álgido entre estas dos naciones llegó en 2013 cuando Rusia impidió que Ucrania se ‘aliara’ con la Unión Europea, lo que provocó una serie de protestas conocidas como Euromaidán y que provocaron a la postre la destitución del presidente ucraniano prorruso Víktor Yanukóvich, mientras se incrementaron las tensiones en Crimea, Donetsk y Lugansk.
En varios momentos la relación de estos dos países ha estado en juego, pues sus gobiernos se han encontrado en posiciones adversas, por ejemplo en 2014, tras el derrocamiento de Yanukóvich, Rusia lanzó una intervención militar a Crimea, una península cuyo territorio pertenecía a Ucrania desde 1954. La ‘invasión’ rusa fue para ‘salvaguardar’ a los prorrusos de Crimea.
En marzo de ese mismo año, hubo un referéndum en donde las autoridades prorrusas aceptaron la adhesión de Crimea a la Federación Rusa. El proceso de adhesión no es reconocido por Ucrania, que lo considera ilegal.
Asimismo, ambos países protagonizaron otro conflicto armado ese mismo año, recordado como la Guerra de Dombás, donde en mayo de 2014, grupos separatistas autoproclamaron “repúblicas populares” y reclamaron integrarse a Rusia. hecho que desató un conflicto bélico que dejó como saldo 14.000 muertos.
Posteriormente se llevó a cabo la firma de dos pactos en los que Rusia reconoció a Donetsk y Lugansk como repúblicas independientes y movilizó hasta 100 mil soldados rusos hacia las fronteras con Ucrania, con lo cual rompieron con los acuerdos de Minsk y dieron el primer paso para la ‘invasión’ al territorio ucraniano, que en parte se debe al reclamo de Rusia hacia la OTAN y su acercamiento con los países de Europa del este, incluyendo a Ucrania, lo que considera una «agresión» a su seguridad.
Finalmente este jueves 24 de febrero, en un mensaje televisado al comenzar el ataque, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que era necesaria una ‘operación militar especial’ para proteger a los civiles en el este de Ucrania, donde las fuerzas ucranianas y los separatistas respaldados por Rusia luchan desde hace casi ocho años.
El líder ruso advirtió a otros países que cualquier intento de intervenir tendría «consecuencias que nunca han visto en la historia», una amenaza oscura que podría implicar que Rusia estaba preparada para usar sus armas nucleares.
Putin aseguró que Rusia no tiene el objetivo de ocupar Ucrania, sino de «desmilitarizarla».
Con información de AP