Presente en gran parte de Venezuela esta peculiar ave es fácil de percibir debido a su representativo sonido.
Su nombre proviene del sonido que hace que pareciera decir guá-chará-ca. Sin embargo, en hacia el norte de América, fue “traducido” como cha-chalá-ca, de allí que sea conocida así en gran parte de Estados Unidos y México.
En Colombia, inspiró la creación de La guacharaca, un instrumento musical idiófono (el sonido emana de su vibración) utilizado mayormente en el vallenato. Se fabrica, entre otros, de caña o de lata.
Es parecida a una gallina, pero más esbelta, silvestre y con cola larga. Posee alas robustas y redondeadas para vuelos cortos y planos a escasa altura.
Los machos son de mayor tamaño y peso que las hembras. Tiene el plumaje gris en la cabeza, el torso y el cuello; blanco en el vientre, rojizo en la base de la cola y negro en la cola que termina en punta castaña o blanca.
Viven en bandadas o grupos de hasta veinte individuos. Es principalmente arbórea, baja con poca frecuencia al suelo en búsqueda de alimento.
Por lo general es un ave arisca que tiende a ocultarse en la vegetación. Sin embargo, en varias zonas están cercanas a las personas como parques y hasta pueden acercarse a ellas.
Es totalmente domesticable y puede convivir con gallinas. Cuando se cría en el corral es muy mansa, pero no te dejes engañar, puede actuar como una aguerrida defensora de su amo.
Frecuentemente se reproducen con gallos, teniendo aves con características especiales.
Gracias a sus particularidades y su peculiar canto, en Venezuela se llama guacharaca a toda aquella persona que habla mucho o muy alto, “chacha pareces una guacharaca”, así como guacharaquera a un desorden o alboroto.