Hay que estar bien para que los demás estén mejor y no andar repartiendo quejas ni actitudes pésimas, lastimosas y menos contagiosas que son nocivas y ahuyentan a los demás; estemos claro que cuando uno es positivo lleva unos puntos de ventaja y se le abre el camino a lo que se busca y en las reuniones donde uno no tiene nada bueno que decir es mejor callarse y así es preferible pasar agachado que cometer alguna imprudencia o herir sensibilidades; admirar y amar como forma de vida, evitar enfrentamientos, discusiones estériles porque son dañinos para la salud y no dejan ningún dividendo, nada que beneficie el ánimo y el bienestar; sobre todo en las pareja que tienen problemas para interactuar lo que producen es una relación toxica, todo lo contrario al que prefiere la paz y no la razón; ¿ qué hacemos con la razón después de las grietas o heridas?.
Por lo antes dicho siempre con el sentido o aspiración de una mejor convivencia, en nuestra nación que cese la diatriba y todos en busca de la paz, cada quien a trabajar y no a conformarse, que se ocupen un poco de ver nuestro país con ojos de piedad, con amor en vez de estar practicando la ley del menos esfuerzo y que aporten hasta donde les duela y trabajen hasta el cansancio; eso es lo que se necesita, el aporte para salir del laberinto y no una cuerda de vivarachos, buenos para nada, viviendo a todo trapo o cero riesgo, sin inversión ni esfuerzo, sería saludable que estos buenos para nada se incorporen al trabajo y se convenzan que con trabajo y creatividad es la mejor forma de sacar la nación a flote y la recuperación de lo tanto que se ha perdido por malas políticas que es el pan de cada día.
No debemos perder las esperanzas de que nuestra patria vuelva a encontrar el rumbo, donde todos podamos convivir contentos, alimentados, con una buena educación , solvencia moral y económica, las industrias, el comercio, el transporte, la agricultura y la ganadería en plena producción, generando riqueza para el país; roguemos también porque se frene la estampida o la diáspora que esto no cause más desolación, sufrimientos si esta país está comprobado que es el más rico y bello del planeta, aun virgen si explotar; entonces en espera de unos buenos hijos para que apunten donde está la falla y como darle buen uso a tantas bondades que Dios nos puso, como para que todos seamos felices durante milenios y ha pasado lo contrario como si fuese un castigo o pagando pecado no cometido.
Por medio de la unión apostemo a un cambio que nos beneficie a todos, que no se siga repitiendo los errores porque los resultados siempre serán los mismos, basta de problemas, enfrentamientos entre nosotros, recordemos aquel refrán indio que dice así “Que ningún árbol tiene ramas tan tupidas para luchar entre sí” por ello un llamado a la concordia que se mantengan ocupados con trabajo que se sientan estimulados por ser productivos y no una carga, que contribuyan al desarrollo y no al atraso, poner la ambición a funcionar para que cuando la mayoría vea estarán obligados a comprometerse con la ambición del logro; que el espíritu santo nos envié del cielo un rayo de su luz que ilumine los deseo de quienes deseamos el bienestar para todos.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Durán