Ante los diversos puntos de vista que tienen los dirigentes de los partidos políticos de oposición en torno al futuro inmediato, que los ha llevado a tener diferentes planes para ejecutar este mismo año y el próximo, conviene pensar que las elecciones presidenciales del 2024 son una realidad.
Acerca de ellas debe orientarse la estrategia política, propone el politólogo y profesor universitario Santiago Andrés Rodríguez, al ser entrevistado por Elimpulso.com.
Hay que tener una visión a largo plazo, expone. Y esta tiene que ser las elecciones presidenciales más próximas, que serán dentro de tres años.
Por lo pronto lo que necesitan los partidos políticos es un diálogo a partir de cero; es decir, no sólo entre ellos, sino que se abran a todos los sectores democráticos del país.
En este sentido, recomienda que antes de estar pensando en elecciones primarias para escoger a un candidato unitario, a un líder de carácter nacional, tienen que recomponer su institucionalidad interna, que la han perdido.
Los partidos sufren de una gran desafección popular y, por lo tanto, tienen que entender la necesidad de su funcionalidad interna, para luego obtener apoyo externo.
Lo primero que tienen que hacer es ganarse la confianza de la población y eso amerita un intenso y gran trabajo de la dirigencia de cada organización política, acota. Porque si es verdad que la gente en su gran mayoría no está de acuerdo con el gobierno, tampoco simpatiza plenamente con la oposición.
Pero, el grueso de la población quiere un cambio y para ello es preciso que se lleve a cabo el diálogo amplio, en todas partes, con todos los sectores de la nación: empresarios, sindicatos, gremios, universidades, organizaciones cívicas, la Iglesia y comunidades en general.
Y mediante ese diálogo llegar a estructurar un programa dirigido a resolver la crisis, la cual es muy grave y abarca a todos los sectores, sostiene. Lo que se debe plantear es algo parecido a lo que fue el Pacto de Punto Fijo, el instrumento de gobernabilidad que permitió establecer un sistema democrático, que es lo que nos puede resolver los problemas que hoy aquejan a Venezuela.
